- Los problemas de los pies, las hospitalizaciones por infecciones y problemas
vasculares pueden prevenirse.
- Realice revisiones regulares cada año para detectar los problemas de los
pies en su momento inicial.
- Vigile el control de su diabetes.
- Deje de fumar.
Usted debe:
- Inspeccionar sus pies cada día (si le resulta difícil, utilice un espejo o
pida ayuda a un amigo).
- Anotar durezas, callos, grietas en la piel, infecciones, cambios de color,
úlceras.
- Mantener sus pies limpios y secos: si la piel esta muy seca utilice cremas
neutras, si está húmeda utilice polvos.
- Llevar zapatos blandos, cómodos y bien adaptados.
- Limar las uñas en lugar de cortarlas. ¡No convierta su cuarto de baño en un
quirófano!
- Evite los extremos de temperaturas, lávese los pies con agua templada.
- No camine descalzo.
- No utilice instrumentos cortantes.
- No utilice lociones astringentes fuertes ni callicidas.
- Mencione al podólogo que tiene diabetes.
Si hay algún cambio de color, descamación, ampolla o callo en sus
pies consulte precozmente a su médico.
UNO DE CADA 6 DIABETICOS SUFREN DE
AMPUTACIONES EN SUS MIEMBROS INFERIORES.
- ¿Cuantas personas sufren de diabetes?
- La diabetes es una enfermedad que afecta entre el 6 al 10% de la población y
que está incrementando su prevalencia.
Se considera que la prevalencia
mundial en 1996 de diabetes era de 120 millones de diabéticos y que para el año
2025 la misma se duplicará a 250 millones. Ello se debería al incremento de
la edad, la obesidad, estilo de vida sedentario y modelo de alimentación. Los
diabéticos tienen más gasto de salud para controlar su enfermedad (visitas al
médico, análisis, automonitoreo, medicamentos, internaciones, etc.) No son
empleados en forma similar a los no diabéticos y presentan muchas complicaciones
de la enfermedad.
- ¿Por qué el diabético puede sufrir amputaciones?
- 40 a 70 % de las amputaciones de miembros inferiores son relacionadas a la
diabetes. En Estados Unidos se realizan 50.000 amputaciones por año por la
diabetes, lo que aumenta en otros países y zonas especialmente por la falta de
cuidados preventivos y un tratamiento adecuado.
Las amputaciones se producen
por un mal control e la diabetes y el desencadenamiento de las lesiones por un
tratamiento externo o un traumatismo interno, especialmente el uso de un calzado
inadecuado.
- ¿Qué debería hacer un diabético para evitar
esas complicaciones?
- Varios estudios han mostrado que las amputaciones se pueden reducir más de
un 50% si se implementan una serie de medidas, entre ellas:
- Examen periódico del pie y de los zapatos.
- Cuidados preventivos de los pies, control clínico, podológico, uso zapatos
adecuados, educación del autocuidado de los pies, la observación diaria y la
consulta precoz ante la aparición de cualquier cambio en la piel o el pie.
- Manejo interdisciplinario de las lesiones del pie.
- Diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado de las alteraciones
circulatorias y de las modificaciones neurológicas de los miembros inferiores.
- Seguimiento continuo de los pacientes con lesiones previas o con riesgo a
una nueva lesión.
RESUMEN DE CONSEJOS PARA CUIDADO
DE SUS PIES.
PREVENCIÓN DEL PIE DIABÉTICO
En el pie, como en toda la Medicina, es “mejor que prevenir que curar”, para
ello es fundamental el trabajo en colaboración del equipo de Salud y de los
pacientes y familiares. El equipo de Salud debe examinar una vez por año los
pies de los pacientes diabéticos para detectar los enfermos con riesgo de
desarrollar un pie diabético, o detectar lesiones mínimas o precoces para evitar
su progresión. Debe explicar a los pacientes, familiares y al público en general
la importancia de los cuidados del pie. Los pacientes y familiares, debe
realizar el examen diario del pie y efectuar el autocuidado del mismo,
consultando con el equipo de Salud, ante la presencia de cualquier anormalidad.
Efectuar el tratamiento con un equipo capacitado y no el indicado por vecinos,
amigos, o por ciertos procedimientos de medicina alternativa, que han mostrado
ser perjudicial para el pie dl diabético. Debe hacerse un examen anual por un
equipo especializado en el estudio y tratamiento del pie para valorar la
existencia o no de Vasculopatía periférica y / o neuropatía periférica, para
ello realizar un examen clínico cuidadoso y de acuerdo al mismo hacer
procedimientos diagnósticos. Hay que valorar los puntos de apoyo del pie, la
almohadilla plantar y la marcha. Debe valorarse la circulación arterial, pues
es lo que da el pronóstico inmediato y futuro de ese pie, así como el
paciente. El pie neuropático es de más frecuente observación, pero de mejor
pronóstico, de-be valorarse la: 1) Neuropatía sensitiva, 2) Neuropatía motora,
3) neuropatía autonó-mica y Osteoartropatía. Los pacientes que van a
desarrollar una úlcera de pie tienen elevado umbral táctil, a la vibración y al
frío y al calor. Existe menor secreción sebácea y sudorípara, lo que ocasiona
menor vitalidad de la piel, con sequedad, descamación y grietas en la piel,
haciéndola más susceptibles a los traumatismos e infecciones. Se produce
disminución de la fuerza muscular, con atrofia de ciertos músculos, lo que
ocasiona alteración de los puntos de apoyo del pie, favoreciendo el traumatismo
interno. Debe valorarse los grados de fuerza muscular existente en diversos
grupos musculares y si es posible la marcha en puntas de pie o con talón. La
atrofia muscular, favorece el desarrollo de garras proximales y / o distales de
los dedos, debiendo valorarse si las mismas son fláccidas o rígidas para
establecer la conducta terapéutica.
Alteraciones ortopédicas: El ser humano por su evolución,
con la bipedestación y el uso del calzado, tiene una serie de alteraciones del
apoyo del pie, como dedos en garra, juanetes, pie cavo o plano, pie varo,
etc. Los diabéticos tienen también estos problemas, a los que se le suman las
alteraciones del apoyo producidas por la neuropatía motora y la osteoartropatía.
También se ocasionan alteraciones del apoyo secundarias al tratamiento de
ciertas úlceras, infecciones, amputaciones, etc. Las alteraciones ortopédicas
de cualquier origen que sea, son causa de un traumatismo interno, favoreciendo
las úlceras e infecciones, debiendo estudiarse la estructura ósea, el apoyo del
pie y la marcha con: 1) una vez por año hay que pedirle una radiogra-fía de
ambos pies, de frente, de perfil con apoyo monópodico, y ¾ oblicuo. 2)
Podoscopio y pedigrafía. 3) Valoración de la marcha con la observación o mejor
con el uso del Electrodinamograma.
PREVENCIÓN POR LOS PACIENTES Y FAMILIARES.
Deben hacer el autocuidado el pie, conociendo, comprendiendo y realizando la
siguiente cartilla de cuidado del pie:
- Tomar un baño de pies templado todos los días, evitando las temperaturas
extremas. Pruebe el agua con la mano o con el codo antes de bañarse. Secarlos
nuevamente, pero por completo, especialmente entre los dedos, con una toalla
absorbente y blanda. Examínelos cuidadosamente para detectar ampollas,
raspaduras, cortaduras, cambio de color, etc. Puede ser de gran ayuda un espejo
para ver la parte inferior de los pies. Hay que registrar siempre entre los
dedos.
- Después del baño, aplicar a los pies lanolina de tocador, de una a tres
veces por se-mana, para mantener la piel suave. Sustituir la lanolina por
alcohol si la piel se ablanda demasiado. A veces puede usarse en vez de
lanolina, aceites lubricantes u otras cremas. No poner la crema entre los dedos
de los pies.
- Uñas.
- Corte las mismas sin dejar puntas ni bordes de forma irregular, o utilizar
los servicios de un buen podólogo.
- b) Nunca cortar el borde libre de las uñas, cercano a la piel.
- c) No cortarse la cutícula.
- d) Tener la precaución de que las uñas no le corten las caras laterales de
los dedos por demasiado largas.
- e) Deberá mojar sus dedos para el limado de las uñas.
- f) Si tiene ciertas limitaciones que le impida físicamente o visualmente el
cortarse las uñas, recurra al podólogo.
- Aplicar una vez por semana, polvos de talco.
- Zapatos.
- Usar calzados cómodo, de material blando, de manera de no producir el más
mínimo frote o ajuste.
- b) Evitar el uso de contrafuerte demasiado duro o curvo.
- c) Evitar el uso de plásticos o gomas, en contacto con la piel.
- d) Evitar el uso de calzado con punteras duras.
- e) Evitar los bordes demasiado altos, para no provocar ningún tipo de
heridas o ampollas en los tobillos.
- f) Evitar cualquier tipo de clavos o cuerpo extraño en las plantillas que
puedan lesionar el pie.
- g) Evitar el uso de lengüetas largas que puedan lesionar el dorso del pie.
- h) Cuando se halla mojado su calzado, no tratar de secarlo próximo al calor,
para que no se reseque demasiado el cuero, que por tal motivo podría ocasionar
lesiones.
- i) Evitar en el calzado de mujer, el uso de tiritas finas, apliques o
hebillas que lesionen la piel de su pie.
- j) Observar el cuidado de la altura de los tacos.
- k) No usar zapatos demasiado estrechos o cortos, para no crear o agravar
patologías.
- l) Inspeccione la parte interior de sus zapatos para detectar objetos
extraños, puntas de clavos, forros desgarrados y aéreas ásperas.
- m) No use zapatos sin medias.
- n) No use sandalias con tiras de piel entre los dedos.
- o) Usar gradualmente el calzado nuevo (1 hora diaria al principio).
- Evitar siempre el contacto de los pies con el suelo, de no ir calzado con
chinelas o descalzo.
- Las callosidades deben ser cortadas y tratadas por personas competentes,
cuidadosas de la antisepsia.
No use agentes químicos para remover callos o
callosidades. No use parches para callos. No use en sus pies soluciones
antisépticas fuertes.
- Si siente los pies fríos durante la noche, use medias. No aplicar nunca a
los pies botellas de agua caliente, bolsas de agua caliente, u otros medios
externos de calefacción, directamente sobre la piel. No remoje los pies en agua
caliente.
- Evite todo tipo de heridas, grietas, raspaduras, ampollas en los pies y
dedos; notificando inmediatamente a su médico en la presencia de cualquier
anormalidad.
- Evite el uso de medias gruesas, con costuras o cualquier tipo de labrado.
Evite que sus medias húmedas se sequen en sus pies. No usar medias estrechas. No
use ligas. Tome precauciones especiales durante el invierno. Lleve medias de
lana y aparejos de pie protegidos tales como botas con bordes de lana (USA).
- No camine sobre superficies calientes tales como arena de playa o el cemento
alrededor de las piletas.
- Si desea realizar caminatas algo extensas, deberá ponerse algún tipo de
crema neutra (lanolina) en sus dedos y utilizar un calzado adecuado.
- Evitar las fisuras debajo de los dedos, secándose bien toda la piel. No
dejar agua jabonosa entre los pliegues de los dedos.
- Toda arista de callosidad que se forme en los pulpejos de los dedos y las
ampollas, deben ser tratadas por un profesional idóneo. No corte los callos ni
las callosidades; siga las instrucciones especiales que le ofrece su médico.
- Evitar aplicar a los pies medicamentos irritantes, especialmente tintura de
yodo, ácido fénico y los preparados comerciales para extirpar callos y juanetes.
No remoje sus pies.
- No use cinta adhesiva en sus pies (aunque sea hipoalérgica)
- Evite cruzar las piernas.
- Si su visión es limitada haga que un miembro de su familia inspeccione sus
pies diariamente, corte sus uñas y pula las callosidades.
- Vea a su médico con regularidad y asegúrese que sus pies sean examinados en
cada visita.
- Consultar rápidamente a su médico cuando se observan:
- lunares del pie que cambien de tamaño o de color.
- calambres o dolor en alguna zona del miembro inferior que obliguen a detener
la marcha, o aparezcan estos en reposo.
- infecciones que persistan en alguna zona del pie (dedos, uñas, talones,
etc.)
- edemas sin causa justificada y cambios de color en la piel.
- Es aconsejable dejar de fumar.
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