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Cuáles son los alimentos que contienen mayor cantidad de sal

Del 10 al 16 de marzo se desarrolla la Semana Mundial de la Sal para concientizar sobre los riesgos de su consumo excesivo. En esta nota, los alimentos que hay que mirar de reojo

El 70% de la sal que se consume ya está incluida en los alimentos industrializados más comunes, como panes, embutidos, enlatados, congelados, quesos, caldos, sopas y envasados en general, porque se incorpora durante el mismo proceso de elaboración. A partir de esto, la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC) -organización sin fines de lucro que promueve políticas para prevenir enfermedades crónicas no transmisibles- desarrolló una investigación para conocer el contenido de sodio de los alimentosprocesados en el país.
De ese modo, se estudió la información procedente de las etiquetas de 2300 productos envasados pertenecientes a 12 grupos de alimentos: panes, cereales, lácteos, carnes, pescados, snacks, comidas rápidas, aceites, salsas, bebidas, conservas de frutas y verduras y chocolates.
Según la investigación, el grupo de salsas y aderezos (salsas listas, comunes, light, en lata y aderezos como mayonesa, mostaza, kétchup y salsa de soja) lidera la lista de alimentos más salados, con un promedio de 1356 miligramos de sodio cada 100 gramos. Le sigue el grupo de carnes y productos en base a ella, como hamburguesas, chacinados y bocaditos de pollo, con un promedio de 1031 miligramos cada 100 gramos.
El tercer grupo de alimentos con mayor contenido de sal es el de los snacks con un promedio de 725 miligramos cada 100 gramos. Incluye todas las variedades: palitos, papas fritas con y sin sal, maní salado, nachos y otros.
La Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta diaria de 5 gramos de sal que equivale a 2000 miligramos de sodio  (En Argentina la ingesta es de 11 gramos de sal por habitante por día) . Tomando como ejemplo una comida que contenga alimentos de los tres grupos mencionados, como una hamburguesa en sándwich aderezada con ketchup y una porción de papas fritas, se llega a los 1137 miligramos de sodio, cubriendo en una sola comida más del 50% de la cantidad diaria recomendada.
Para contar con un parámetro sal / sodio, hay que tener en cuenta que un sobrecito como los que dan en los restaurantes contiene 2 gramos de sal, que equivalen a 800 miligramos de sodio. Entonces, el límite de consumo recomendado por día sería de 2 sobrecitos y medio de sal como máximo.
"Nuestra investigación muestra que los alimentos que se consumen comúnmente contienen un alto nivel de sodio. Es necesario reducir la cantidad que se usa durante los procesos industriales para que los ciudadanos puedan contar con opciones más saludables a la hora de comprar y prevenir, así, enfermedades cardiovasculares, que lideran las causas de muerte en nuestro  país", señaló Lorena Allemandi, investigadora de FIC Argentina.
Según el Ministerio de Salud, en Argentina se consume más del doble de la sal recomendada. El consumo excesivo es un hábito que genera hipertensión, que a su vez, produce eventos cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, convirtiéndose en un importante riesgo para la salud. La hipertensión afecta a 1 de cada 3 argentinos y tiene mayor impacto en sectores de menor ingreso económico. Según datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2009 del Ministerio de Salud de la Nación, entre las personas que pertenecen a la franja de más bajos ingresos, el 41,9% son hipertensos, mientras que en el sector de ingresos más altos el porcentaje de hipertensos desciende al 27,4%.

A fines de 2013 se sancionó en Argentina la ley nacional de regulación del consumo de sodio, que abarca varias medidas como regular el contenido en ciertos grupos de alimentos, concientizar a la población y encarar diversas estrategias en restaurantes. Si bien es un buen avance, pues muy pocos países del mundo cuentan con leyes sobre el tema, será fundamental que se garantice su adecuada implementación, que se incorporen nuevos alimentos y que se vayan reduciendo cada vez más los niveles máximos de sodio permitidos en los alimentos procesados.

La investigación sobre contenido de sodio en los alimentos procesados de FIC Argentina, que comenzó antes de la sanción de la ley, constituye el punto de partida de un monitoreo en el tiempo para evaluar el impacto de la ley en el futuro.
FIC Argentina adhiere a la Semana Mundial de la Concientización sobre la Sal promovida por WASH (World Action On Salt and Health / Acción Mundial sobre Sal y Salud), una organización global constituida por miembros de 85 países. Este año, la campaña se desarrolla del 10 al 16 de marzo bajo el lema "¡Reemplace la sal!", que apunta a incentivar a la población a elegir los alimentos con menos sal.
FUENTE: Infobae.

Cuatro de cada 10 argentinos padecen trastornos de sueño

Entre las razones están la sobrecarga de trabajo, el uso excesivo de la tecnología y enfermedades no diagnosticadas. En sólo un año, creció más de 4% el uso de fármacos para poder dormir.

El insomnio ya es epidemia en Argentina. Casi la mitad de la población da una vuelta y otra en la cama, tratando de conciliar el sueño. Algunos logran un descanso de mala calidad. Otros ni siquiera eso, porque el desvelo los encuentra amaneciendo sin haber podido dormir. En la Argentina, donde no existen cifras oficiales, los especialistas calculan que alrededor del 40% de los argentinos no duerme bien.

Las razones son muchas: el modelo cultural impone una vida de 24 horas por siete días, la tecnología se metió en las habitaciones a través de los teléfonos inteligentes que nunca se apagan y la sobrecarga de trabajo hace lo suyo. Hay otros factores, como enfermedades no diagnosticadas. Y a raíz de esto, los especialistas consultados por Clarín advierten sobre la automedicación y la manera excesiva en la que se consume fármacos inductores del sueño.
La venta de inductores del sueño viene en alza en el país. Según la consultora especializada en industria farmacéutica IMS Health, durante el año pasado se vendieron 14.293.637 pastillas, 617.027 tranquilizantes más que en el mismo periodo el año anterior, un aumento del 4,3% en sólo 12 meses. Y se da en el marco de una tendencia creciente, ya que según la Confederación Farmaceútica Argentina (COFA), la venta de remedios que actúan sobre el sistema nervioso trepó el 24,67% entre 2004 y 2012. El alprazolam y el bromazepam (conocidas comercialmente como Alplax y Lexotanil), son las dos drogas más recetadas de una docena que ofrece el mercado.

¿Cómo se administra un tratamiento con fármacos? Lo ideal es que receten una dosis baja de un fármaco por un corto período, aunque muchos médicos prefieren indagar en las causas de la patología antes de recetar. Igual, antes que la pastilla hay otras opciones. Hoy se ponen en práctica formas que no incluyen ingesta de remedios. Daniel Pérez Chada, jefe de Neumonología y director de la Clínica del Sueño del Hospital Austral, explica: “Lo mejor es ingresar en un programa de higiene del sueño y un tratamiento cognitivo conductual. Y claro, antes hacer un buen diagnóstico. Hay pacientes que creen que son insomnes cuando en realidad tienen el síndrome de apnea del sueño que les produce una excesiva somnolencia durante el día”. Pérez Chada dice que la tendencia natural es tomar un hipnótico y que si bien hay que tener receta, la gente los consigue igual. “Con la contraindicación de que aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades”, avisa.

“Los jóvenes, que son los más nocturnos, son también quienes más lo sufren: su biología tiende a prolongar el día y deben cumplir con obligaciones que les generan estrés”, observa Daniel Cardinali, médico e investigador de CONICET. Y sigue: “La privación del sueño impacta en tres áreas vitales. En principio la cognitiva, porque la calidad de la tarea diurna decae. Luego lo emocional. Y repercute en la salud, por ejemplo en la obesidad. No hay dudas de que dormir no es perder el tiempo”.

                                                                                                                               
  En   Estados Unidos, la mitad de la población padece insomnio. Y en Argentina las cifras son similares. “Varios estudios epidemiológicos en distintas poblaciones demuestran que el 40% de la población urbana está afectada por insomnio. En el único estudio específico realizado en áreas urbanas de Buenos Aires, San Pablo y Ciudad de México se ha puesto en evidencia que el 65% de la población relata haber experimentado trastornos del sueño en los últimos doce meses y en el 40% de los casos estos trastornos fueron catalogados como moderados a graves. Pero tan sólo el 1% de los afectados busca ayuda por estos síntomas, que aumentan el riesgo de accidentes laborales y de tránsito, y el rendimiento escolar de los niños y adolescentes”, señala Eduardo Borsini, médico neumonólogo del Servicio de Medicina Respiratoria del Británico.

La Fundación Nacional del Sueño, con sede en Estados Unidos, describe así al insomnio: “Síntoma o dolencia de sueño insuficiente, intranquilo, de mala calidad, o no restaurador”. Las personas que lo padecen tienen dificultad para dormirse o se despiertan con frecuencia durante el sueño, o abren los ojos muy temprano y no pueden volver a cerrarlos, o cuando se despiertan sienten que no descansaron y viven somnolientos. Entre los más expuestos figuran las mujeres, los adultos mayores, los pacientes depresivos y los trabajadores en turnos.

Nota Publicada en el Diario Clarin



Lugares donde realizar consultas: 
   
            Consultorio Médico Villa del Parque
            Telefono: 4503-3859
            Nazca 3177 piso 3 Dpto 39. CABA.
               Mail: consultorio.villadelparque@gmail.com  


                                                                        Hospital Posadas
6º Piso Sector C
Teléfono: 4469 9300 internos 1626 y 1656 
Fax: 4469 9283

Sección Trastornos del sueño - Servicio de  Neurología. Hospital Italiano de Buenos Aires
Teléfono 4959-0200

 Clínica del Sueño del Hospital Austral
Teléfonos: (0230) 448 2000
Horarios: De lunes a viernes de 8:00 a 20:00 hs. Piso: 3

Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro
Central de Turnos 

(011) 4378-1200/1300/1400

Anexo Solís 461. Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sodio

La Honorable Cámara de Senadores de la Nación sancionó la Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sodio, cuyo objetivo es lograr, a través de una serie de medidas, que la población consuma menos sal de mesa en las comidas.
“El objetivo de ésta norma –resume un reciente comunicado del Ministerio de Salud de la Nación – es disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión, reduciendo el contenido de sodio que contienen los alimentos procesados y eliminando saleros de los locales de venta de comida”. 
Además, establece la fijación de advertencias en los envases sobre los riesgos del consumo excesivo de sal y fija el tamaño máximo para los sobres de sal en 500 mg.
Los locales de gastronomía además de eliminar los saleros tendrán la obligación de ofrecer a sus clientes en primera instancia sales modificadas con bajo contenido de sodio, en las que se reemplaza la sal común por sales modificadas a base de cloruro de potasio.
Lo que se espera de esta nueva ley es que el consumo diario de sal de los argentinos baje desde los 11 a 12 gramos en que se encuentra actualmente, acercándose progresivamente a los 5,5 gramos que la OMS establece como el máximo saludable.
Junto con otras entidades médico científicas, la SAHA tuvo un importante rol como referencia técnico científica, trabajando junto con  las autoridades sanitarias en la elaboración de medidas tendientes a bajar el consumo de sal en la población, muchas de las cuales están en la recién sancionada Ley.

Hipertensión: corazón y cerebro, amenazados

En el país hay más de 7 millones de hipertensos, pero más de la mitad lo desconoce. La enfermedad afecta a las arterias de todo el cuerpo y mulitplica el riesgo de infarto de miocardio y de ataque cerebrovascular: de hecho, 9 de cada 10 argentinos que sufrieron un ACV tenían presión alta persistente. Además, compromete la salud renal y la visión. Es importante diagnosticarla y tratarla antes de que los daños que genera atenten contra la vida.

Por repetida, desconocida. Desatendida, subestimada, riesgosa. En Argentina, la hipertensión arterial afecta a alrededor de un tercio de los adultos y, aunque multiplica el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) y de infarto de miocardio, más de la mita
d de los enfermos desconoce que sufre el problema y sólo uno de cada cuatro, lo trata.
El incremento de personas hipertensas preocupa en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad se cobra más de 7 millones de vidas anuales en todo el mundo y afecta a personas cada vez más jóvenes. En nuestro país, según datos de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), está presente en más de 1 de cada 10 adultos jóvenes (de hasta 45 años) y su prevalencia trepa al 50% en los mayores de 65 años. "Hasta los 50 años es hasta cuatro veces más frecuente en los varones, pero las estadísticas se igualan en ambos sexos cuando la mujer termina su edad fértil", explica a Entremujeres el doctor Jorge Lerman, presidente de la FCA.
"La mujer se preocupa habitualmente por realizar la consulta al ginecólogo, por su temor al cáncer ginecológico. Sin embargo, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la mujer", advierte la doctora Judith M. Zilberman, del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). El riesgo se incrementa notablemente a partir de la postmenopausia.
Preocuparse y ocuparse de esta afección que, por habitual, se subestima, es crucial. La hipertensión no suele presentar síntomas hasta que el daño en las arterias y otros órganos pone la salud (y la vida) del paciente en zona de riesgo. Por eso, los expertos subrayan que el monitoreo de la presión arterial a través de chequeos clínicos periódicos es clave, ya que el control de la enfermedad desmorona un 40% el riesgo de accidentes cardiovasculares y reduce un 20% la probabilidad de un infarto, según estadísticas del ICBA.
Vale el alerta. Las huellas que la hipertensión imprime en el cuerpo son graves. Puede enfermar las arterias del cerebro; puede obstruir las arterias coronarias, causando ataque al corazón o infarto de miocardio; puede derivar en una insuficiencia cardiaca (a partir del agrandamiento del corazón); puede afectar las arterias del fondo de ojo, perturbando seriamente la visión; puede deteriorar el funcionamiento de los riñones hasta producir insuficiencia renal; puede ocluir las arterias de los miembros inferiores con dolores que dificulten la marcha... El doctor Lerman enumera todos estos riesgos y subraya: "Es importante comprender que cualquiera de estas situaciones puede desencadenar la muerte".

Hipertensión y cerebro
Por falta de campañas de educación para la salud, la sociedad no suele dimensionar los alcances y riesgos de la hipertensión. Desconoce, por ejemplo, que la relación entre presión alta y ACV es, por lo menos, estrecha: "La presión alta es el factor de riesgo más frecuente para dos de las más devastadoras epidemias neurológicas de nuestro siglo: el ACV y la demencia", dice a Entremujeres el doctor Luciano Sposato, director del Departamento de Neurología del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y director del Centro de Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y sorprende con un dato: "9 de cada 10 argentinos que han sufrido un ACV son hipertensos. El problema es que más del 70% de estos pacientes no sabían que lo eran o no tenía un tratamiento adecuado", dice.
En general, explica Sposato, "la gente le teme al pico de presión porque piensa que puede causarle un ACV. Sin embargo, el verdadero efecto negativo de la hipertensión se produce cuando la presión arterial está elevada en forma crónica. Es decir, el daño que produce la hipertensión sobre el cerebro y de otros órganos ocurre porque el chorro de sangre que corre por las arterias impulsado desde el corazón orada o desgasta las paredes arteriales, haciéndolas más susceptibles a romperse o a formar ateromas (placas de colesterol y otros constituyentes de la sangre). Si la arteria cerebral se rompe, se produce un ACV hemorrágico o hemorragia cerebral; si se tapa por un ateroma, se produce un ACV isquémico o infarto cerebral", precisa el especialista.
La hipertensión también puede aumentar el riesgo de sufrir un ACV, indirectamente, a través de otro mecanismo. "Al mantenerse elevada en forma crónica puede predisponer al corazón a desarrollar una arritmia cardíaca llamada fibrilación auricular. La misma suele producir coágulos en las cavidades del corazón que viajan por las arterias cerebrales hasta que en algún momento, al no poder seguir avanzando, las tapan y producen un ACV isquémico", explica Sposato.
Otro riesgo "cerebral" derivado de la hipertensión es la demencia. "La demencia es la alteración de las funciones intelectuales, aquellas que nos permiten memorizar, razonar, resolver problemas, programar actividades complejas, interpretar metáforas, ironías o sarcasmos, etc. Sabemos desde hace muchos años que la hipertensión y otros factores de riesgo como la diabetes y el cigarrillo aumentan el riesgo de demencia vascular. Lo que aprendimos más recientemente es que la hipertensión también produce otro tipo de demencia, que es la Enfermedad de Alzheimer", apunta el doctor Sposato.

Los órganos "blanco"
La hipertensión atenta contra el músculo cardíaco, porque demanda al corazón un esfuerzo extra para dsitribuir la sangre por el organismo. Ese esfuerzo continuado puede producir un agrandamiento del corazón generando insuficiencia cardíaca. Además, la presión alta aumenta considerablemente el riesgo de infarto de miocardio y multiplica hasta tres veces la posibilidad de tener un angina de pecho.
Además del cerebro y el corazón, la hipertensión es un factor de riesgo de la enfermedad renal crónica (ERC). Al haber una mayor presión en los vasos sanguíneos que recorren todo el cuerpo, los riñones no pueden realizar correctamente la tarea de filtrar la sangre y se ven afectados.
Este punto tiene que ver con algo tan repetido como poco aclarado: el consumo excesivo de sal. Los riñones están diseñados para equilibrar la ingesta de sal que hacemos a través de los alimentos de acuerdo a las necesidades que tenemos. Cuando hay exceso de sodio en sangre, se produce retención de líquidos y este aumento de volumen eleva la presión.
También la visión se ve afectada por la hipertensión crónica, porque genera roturas en las arterias del ojo (retinopatía hipertensiva) y hasta puede terminar en ceguera.

La huella de los malos hábitos
Rastrear las causas de la hipertensión no es fácil. Sólo el 5% de los casos tiene un factor que la dispara, que puede ser: estrechez en las arterias renales o enfermedad propia de los riñones, afección en las glándulas suprarrenales o en tiroides, o una anomalía congénita de la arteria aorta. "El 95% restante padece 'hipertensión primaria o esencial', es decir, sin causa conocida. Los médicos no conocemos la causa de la enfermedad pero sí sabemos diagnosticarla, estudiarla y tratarla con éxito, evitando sus graves consecuencias", explica el doctor Lerman.
Ahora bien: aunque no se puedan detectar las causas en el 95% de los casos, sí se pueden identificar factores de riesgo, situaciones que pueden favorecer fuertemente su aparición: "la predisposición genética, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo, el estrés emocional y el exceso en el consumo de sal –enumera Lerman-. Salvo la predisposición genética, los demás factores son prevenibles y erradicables. Toda la población, y particularmente los pacientes hipertensos, deben evitarlos. Esta es la forma más efectiva y barata de luchar contra la hipertensión arterial".
Sin duda, los malos hábitos han aumentado la prevalencia de la enfermedad a lo largo de las décadas. "La hipertensión no existe en el reino animal: sólo se detecta en el hombre y, además, era muy rara en los pueblos de la Antigüedad. La incorporación de un excedente de sal en la alimentación, ya sea en la conservación de los alimentos, durante la preparación en la cocina o el agregado en la mesa ha sido un factor importantísimo en el incremento de su mayor prevalencia en las últimas décadas. Además, nuestras comunidades fuman, son más sedentarias, más obesas y más sometidas al estrés emocional, todos factores de riesgo muy importantes", señala Lerman.
El estrés emocional crónico eleva la presión porque altera los mecanismos que la regulan, confirma a Entremujeres el doctor José Bonet, médico psiquiatra del Centro de Vida de la Fundación Favaloro. "Uno observa que las personas con hipertensión tienden a responder de manera exagerada frente a estímulos cotidianos considerados estresantes por el sujeto. Se los considera híper-reactores porque generan, entre otras cosas, un exceso de cortisol y de actividad nerviosa simpática. Si esto ocurre seguido, si se vuelve crónico, se producen lesiones en el corazón y en la pared de las arterias y se alteran los mecanismos que normalmente regulan la presión arterial", explica. Según el especialista, las emociones que tienen mayor impacto en la hipertensión en particular y en la salud cardiovascular en general son la ira y la hostilidad.

Preocuparse para ocuparse
El énfasis en los riesgos y complicaciones de la hipertensión se justifica en la importancia de tomar conciencia, consultar al médico y adherir a un tratamiento que permita controlarla. Es fundamental evaluar la presión desde la juventud e incluso desde la infancia cuando hay factores que lo ameriten: al ser una enfermedad con una importante base genética, los hijos de pacientes hipertensos deben ser controlados anualmente a partir de los 3 años, ya que tienen un riesgo aumentado respecto a los hijos de padres con presión normal. "La hipertensión en jóvenes suele ser más agresiva y tiene más tiempo para agredir a los órganos blanco: el cerebro, el corazón, la vista y los riñones", explica el doctor Lerman. La detección precoz es clave.
"En la actualidad existen estudios no invasivos que permiten identificar precozmente alteraciones de estos vasos sanguíneos, como el eco Doppler, el eco "tracking", la medición de la distensibilidad arterial", subrayan en la Fundación Favaloro.
El primer profesional que debe ser consultado es el médico de familia, el clínico de cabecera, que debe detectar el problema y avanzar en los análisis y en el diagnóstico para definir las estrategias preventivas y curativas. En la mayoría de los casos es necesario prescribir medicación y el seguimiento debe ser estrecho y prolijo para comprobar los resultados o la aparición de efectos colaterales. La medicación actual es segura y efectiva si el paciente sigue estrictamente las indicaciones profesionales: no debe automedicarse ni saltear dosis ni suspender tratamientos sin indicación médica. El rol del cardiólogo es fundamental en los casos más difíciles, rebeldes al tratamiento, con mayor riesgo o con complicaciones cardiovasculares.
Controlar la presión arterial una vez instalada la hipertensión es un proceso que lleva tiempo y exige compromiso por parte del paciente. "Según datos del Consejo Argentino de Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina de Cardiología, sólo el 17% de los hipertensos logra un buen control de la presión arterial. Sin embargo, en el ICBA comprobamos que si el paciente recibe una educación adecuada, sigue una dieta y un plan de ejercicio y toma la medicación regularmente, más del 50% logra controlarla adecuadamente", asegura el doctor Alberto Villamil, Jefe de Hipertensión Arterial del ICBA.
El doctor Sposato coincide en el valor del tratamiento y control de la enfermedad. "Varios estudios científicos han demostrado que el control estricto de la presión mediante la dieta, el ejercicio aeróbico y el uso de medicación (cuando es necesaria) disminuyen el riesgo de ACV y de demencia. El secreto del éxito es ser muy prolijos en el control de la presión, no abandonar la medicación y consultar al médico de cabecera con frecuencia", dice.
En el caso de las mujeres, la doctora Judith M. Zilberman, del ICBA, destaca que es importante controlarse la presión "porque sólo una de cada 3 mujeres tiene los síntomas típicos de dolor de pecho que tiene el hombre. Un tercio de las mujeres presentan síntomas 'atípicos' como cansancio, falta de aire, palpitaciones y dolor de abdomen. Si bien estos síntomas no son exclusivos de la enfermedad coronaria, en su presencia se aconseja consultar al médico clínico y al cardiólogo", explica.
En lo que hace a la medicación, Zilberman advierte que "en mujeres fértiles con posibilidad de embarazo está contraindicado el uso de algunas drogas (inhibidores de la enzima de conversión y bloqueantes de los receptores) durante la edad gestacional por tener efectos teratogénicos". La hipertensión arterial debe ser controlada especialmente durante el embarazo, porque puede generar riesgos para la madre y para el bebé.
De todos modos, el primer paso (y el más importante) para controlar los valores de la presión arterial es eliminar los factores de riesgo erradicables:
1) No fumar y tratar de no permanecer en ambientes con humo de tabaco.
2) Mantenerse en el peso ideal.
3) Consumir muy poca sal: se recomiendan no más de 5 gramos por día. Para ello, evitar los alimentos envasados o conservados, emplear mínimamente la sal común al cocinar y consumir sal libre de sodio en la mesa. Utilizar cualquier otro tipo de condimentos naturales.
4) Practicar sesiones de 30 a 45 minutos, no menos de 4 veces por semana, de una actividad física aeróbica.
Este último punto es clave, porque muchas personas hipertensas sienten temor a la hora de hacer ejercicio o practicar algún deporte. Consultado por Entremujeres, el doctor Oscar Mendoza, cardiólogo y deportólogo del ICBA, tranquiliza: "el ejercicio físico beneficia a los pacientes con hipertensión, ya que ayuda a bajar la presión arterial. Es una herramienta terapéutica no-farmacológica recomendable para el paciente hipertenso". El especialista explica que sólo existen contraindicaciones para "aquellos pacientes en que el tratamiento que se esté llevando a cabo no logre mantener controladas las cifras de presión arterial".
Mendoza recomienda "no llevar a cabo ejercicios con sobrecarga (complemento o pesas), ya que los mismo incrementan las cifras de la presión en comparación con los ejercicios aeróbicos", y sugiere "las caminatas, el trote, la bicicleta, la natación y los deportes grupales en los que se pueda controlar correctamente la intensidad que desarrolla el mismo".
En lo que hace a las emociones, también podemos operar, tomar cartas en el asunto. "Lo más importante -y a veces lo más difícil- es que la persona iracunda, gruñona, tome conciencia de su situación. Si cree que la culpa siempre es de los demás, no ayuda –explica el doctor Bonet--. En el caso de las personas iracundas, el tratamiento se basa en tres pilares fundamentales: la psicoterapia, para tratar de modificar los pensamientos automáticos que genera la ira (puede hacerse en forma individual o en programas de control de la ira, que son grupales y de tiempo limitado, como el que funciona en el Centro de Vida de la FF); las terapias físicas, para intentar recuperar la capacidad corporal de relajación; y, por último, en los casos más graves, medicación".
Como dice la doctora Carol Kotliar, directora del Centro de Hipertensión del Hospital Universitario Austral (HUA) y creadora, junto con el doctor Sergio Volman y la licenciada en nutrición María Emilia Mazzei, del manual Manejo saludable de la hipertensión arterial, "cada individuo nace con una identidad genética que le otorga cierta protección o fortalezas, y ciertas debilidades o vulnerabilidades, en cuanto a salud y enfermedad. Es sobre el terreno vulnerable donde debemos trabajar para mejorar el estilo de vida y nuestros hábitos son las llaves que permiten o evitan que la enfermedad cardiovascular se manifieste".

CLAVES: el ABC de la hipertensión
* Para comprender el problema de la hipertensión, es clave entender primero qué es la presión sanguínea y por qué se eleva. El profesor Jorge Lerman, presidente de la FCA, explica: "El aparato circulatorio está integrado por una bomba central (el corazón) y un sistema de conductos (vasos sanguíneos: arterias y venas). La función del corazón es contraerse (sístole) y relajarse (diástole) de manera rítmica y permanente, con el objeto de hacer circular la sangre a través los vasos sanguíneos y distribuirla por todos los aparatos y órganos del cuerpo y así nutrir y oxigenar los tejidos y las células. La fuerza de las contracciones sistólicas es lo que genera la presión de la sangre dentro de los vasos sanguíneos: es lo que llamamos presión arterial".
* La presión arterial se mide en milímetros de mercurio y en general se determinan dos valores: la máxima o sistólica (se produce en el momento de la sístole o fase de contracción del corazón) y la mínima o diastólica (se produce en la diástole o fase de relajación del corazón).
* Se considera que la presión arterial normal debe ser menor de 140 para la máxima y de 90 para la mínima. Controles superiores a esas cifras se consideran hipertensión arterial, siempre y cuando la situación sea persistente.
* La presión arterial cambia cada vez que el corazón late. Puesto que el corazón late en promedio 100.000 veces por día, todos las personas tienen 100.000 presiones distintas cada día. Por ello, es importante que cuando se toma la presión se realicen al menos 3 mediciones para calcular el promedio que es un dato más confiable.
* Definir que alguien es hipertenso requiere de un diagnóstico preciso, en manos de especialistas. Un pico de presión o algunos eventos esporádicos no suponen, necesariamente, una confirmación de la enfermedad. La presión arterial es una variable dinámica que puede cambiar según diversas situaciones fisiológicas. Durante el sueño, por ejemplo, la presión baja, y durante la actividad física, la actividad sexual o ante una crisis emocional, la presión máxima aumenta. Durante las primeras horas de la mañana, inmediatamente luego de despertar, se suelen detectar valores altos de presión.
* La hipertensión daña las arterias de todo el organismo, pero afecta especialmente el cerebro, el corazón, el riñón y la retina. Por ello sus efectos a largo plazo son el ACV, el infarto, la insuficiencia cardíaca, la insuficiencia renal y la pérdida de visión. También produce obstrucción en la circulación de las piernas e impotencia sexual en los varones.
La hipertensión es particularmente perjudicial en quienes tienen otros factores de riesgo como diabetes, colesterol alto, obesidad o tabaquismo. En ellos, la posibilidad de un evento cardiovascular se multiplica hasta 4 veces.
* Las mujeres, luego de la menopausia, tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión y sufrir complicaciones.El buen control de la presión arterial reduce en promedio un 40% los eventos cerebrovasculares y en un 20% los eventos coronarios.

Más información:
* Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial
* Fundación Favaloro
* INECO
* Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA)
* Fundación Cardiológica Argentina (FCA)
* Hospital Italiano

Nota publicada en el Diario Clarin

Sal...

Los adultos deberían consumir menos de dos gramos de sodio diarios, o el equivalente de cinco gramos de sal, y al menos 3,510 mg de potasio, indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado publicado en Ginebra con el objetivo de introducir nuevos hábitos para equilibrar nuestra alimentación y reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
Las últimas recomendaciones de la OMS suponen un esfuerzo más para el consumidor que, se calcula, ingiere diariamente más el doble de esta cantidad. Los expertos coinciden en que 75 % de la sal consumida por el ser humano proviene de los alimentos preparados, 15 % de los alimentos que cocinamos y el 10 % restante se encuentra naturalmente en ciertos productos.
De acuerdo con la OMS, la mayoría de las personas siguen pautas alimentarias desequilibradas ya que consumen mucho más sodio que potasio. El sodio se encuentra en la leche, la nata y los huevos que concentran en 100 gramos unos 50 mg de este producto.


La OMS recomienda incrementar el consumo de legumbres como las judías, que contienen 1,300 mg de potasio por 100 gramos, de nueces, que contienen aproximadadmente 600 mg por 100 gramos y de frutas como el plátano, pápayas y dátiles que contienen 300 mg de potasio por 100 gramos. Al procesar los alimentos se reducen considerablemente estas cantidades, advierte la organización.
Algunos consejos
piensa en fresco
 La comida fresca generalmente es mucho más baja en sodio.


disfruta cocinando
Cocina en casa más a menudo, de esa forma tendrás el control de lo que comes. Al prepararte tu misma la comida, puedes limitar la cantidad de sal que añades. 



come muchos vegetales y frutas- son bajos en sodio
Incluye verdura y fruta en cada comida


  
escoge lácteos y proteinas bajos en sodio
Elige yogur desnatado en lugar de queso que es más alto en sodio. Elige carne fresca de vacuno, cerdo, pollo y pescado, en lugar de las que tienen sal agregada. Los fiambres, embutidos y productos en conserva son más altos en sodio. Elige frutos secos y semillas sin sal.


acostumbra a tu paladar
Reduce el consumo de sal poco a poco y presta atención a los sabores naturales de los diferentes alimentos. Verás como tu gusto por la sal disminuirá con el tiempo.


  
pasa de la sal
No añadas sal al cocinar. Manten la sal alejada de la mesa de la cocina y del comedor. Usa especias, hierbas, ajo, vinagre o jugo de limón para sazonar los alimentos. Prueba a añadir pimienta negra o roja, albahaca, curry, jengibre, o romero. 


lee las etiquetas
Lee las etiqueta de información nutricional y los ingredientes para encontrar alimentos envasados ​​y enlatados bajos en sodio. Busca alimentos etiquetados como "bajos en sodio" o "sin sal añadida.



pide alimentos bajos en sodio cuando comas en el restaurante
Los restaurantes pueden preparar comidas bajas en sodio, si así lo solicitas te servirán salsas y aderezos para las ensaladas.



presta atención a los condimentos
Los alimentos como la salsa de soja, salsa de tomate o aceitunas tienen alto contenido en sodio.Elige salsa de soja o tomate baja en sodio. Puedes cambiar las aceitunas por trozos de zanahoria o apio.



Aumenta el consumo de potasio
Elige alimentos con potasio, que pueden ayudar a bajar tu presión arterial. El potasio se encuentra entre otros alimentos en verduras, hojas de remolacha, jugo de tomate, plátanos, yogur, almejas, jugo de naranja y leche.

Fuente: USDA

Controlar la presión reduce un 10% la mortalidad

La hipertensión estaría asociada a la mitad de las muertes que se producen en el país

Hace dos semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que la hipertensión arterial mata por año a más de 9 millones de personas en todo el mundo. Es la causa directa de la mitad de las muertes por accidentes cerebrovasculares o cardiopatías y representa el 16,3% de los fallecimientos anuales, más que el tabaquismo (9%) y la diabetes (6%). Pero estudios internacionales que reunieron a más de un millón de pacientes en todo el mundo comprobaron que con un control intensivo de la presión arterial se disminuye en un 10% la mortalidad por cualquier causa.
"El objetivo ineludible es lograr que la presión arterial se ubique en menos 140 mmHG para la máxima y menos de 90 mmHg la mínima", explica Clarín.com el presidente de Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), Daniel Piskorz. La entidad que preside está organizando el XX Congreso Argentino de Hipertensión Arterial justamente bajo el lema "Más allá de las cifras: una visión global". El encuentro comienza el 18 de abril en el Centro de Convenciones Metropolitano de la ciudad de Rosario y finaliza el sábado 20 de abril del 2013, y de él participan destacados especialistas de Inglaterra, Italia, España, Suecia, Polonia, Alemania, Puerto Rico y Estados Unidos.
"Si no se logra reducir los niveles de la presión arterial en esos valores, no será posible reducir el riesgo vascular del paciente", asegura Piskorz. ¿En qué consiste el control intensivo de la presion? "Es un tratamiento agresivo: básicamente, cambio de estilo de vida y tratamiento farmacológico. Eso significa actividad física, buena alimentación con bajo contenido en sodio, de calorías y de grasas saturadas. Y por supuesto la concientización del paciente".
"En la Argentina -concluye Piskorz- se están tomando buenas medidas en ese sentido, como los acuerdos con fabricantes de pan y otros alimentos para bajar la cantidad de harinas y grasas trans en su elaboración. Los resultados no se van a ver inmediatamente, pero éste es el camino".
Casi siempre, la hipertensión aparece ligada a factores de riesgo como obesidad, tabaquismo, diabetes, enfermedad vascular, insuficiencia renal y otras. En la Argentina, el 80% de las muertes se debe a enfermedades crónicas no transmisibles: dos tercios de ellas son cardiovasculares y en el 90% de esos casos está presente la hipertensión arterial, por lo cual estaría asociada a la mitad de las muertes que se producen en el país. A su vez, la filial argentina de la Federación Interamericana del Corazón (FIC Argentina) calcula que cada año en la Argentina hay 50.000 muertes evitables donde la hipertensión es la causa directa.

Medirse la presión arterial en su casa o en el trabajo

Sin duda que no es natural, no es parte de la vida cotidiana medirse y anotar. Especialmente cuando todo parece andar bien. Pero si usted es hipertenso, no lo dude, tendrá muchas ventajas si incorpora en su rutina el medirse la presión arterial, y más importante aún, si lleva al médico sus registros en cada consulta.

¿Por qué hay que tomarse la presión arterial en la vida cotidiana y no solo esperar que la tome el médico?

Por algo muy sencillo: la presión arterial que Usted se toma en el consultorio, no necesariamente es la que tiene en su vida habitual. Ésta puede ser más alta, igual o más baja que con el médico. Imagínese que se toma la presión arterial con su médico y está bien, pero en sus 8 ó 10 horas de trabajo está hipertenso. Si usted no se tomara la presión arterial en el trabajo no lo sabría y se trataría menos de lo que necesita.


Un hipertenso que hizo el Curso "taller para hipertensos" a punto de recibirse de piloto nos dijo: "Todos nosotros debemos tratarnos tanto como necesitemos (ni más ni menos), y cuanta dosis de un medicamento o cuantos medicamentos necesitamos, cómo saberlo si no nos medimos la presión. Es como comandar un avión con pocos instrumentos. Para aterrizar la presión necesitamos datos, instrumentos, es decir amigarse con el tensiómetro".
Esto tiene implicancia práctica porque recuerde que lograr el descenso de una pequeña cantidad de presión (por ejemplo de un promedio de 16,5 a 15,5) ya disminuye el 30% el riesgo de tener un derrame cerebral.

La idea es que usted se tome la presión sin obsesionarse.

Algunas personas nos cuentan que cuando comienzan a tomarse la presión más frecuentemente, se obsesionan al comprobar que la presión no es un valor único.
Simplemente no sabían que el cuerpo humano está hecho así, para tener pequeñas variaciones de presión.

La presión varía, cambia pero dentro de un rango predecible. Es decir, la presión no es loca ni traicionera.

Simplemente varía, generalmente uno o dos puntos, y estas variaciones son muy características en cada persona. Si se sigue tomando la presión va a ver como se repiten los valores, verá que su presión es predecible.

Lleve el registro de presión al médico para que él la interprete y mejore su tratamiento

Si hay un trabajo en equipo, su tarea no es interpretar los valores sino tomarse la presión y anotar. Deje que su médico se preocupe de interpretarlos. La principal utilidad para su salud será que su médico podrá adecuar mejor el tratamiento. Para eso, él necesita todos los valores de presión que usted se tomó, no solo lo que se acuerda.


Es tan importante acordarse de tomarse la presión como llevársela anotada a su médico.
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El problema es acordarse

Los pacientes nos cuentan que realizan varias estrategias para recordar, algunos hasta tienen una verdadera rutina: se la toman al principio de mes, cuando pagan las cuentas, cuando piden un tueno o sistemáticamente un día de la semana.
¿Cómo va a hacer usted para acordarse?Es importante que genere algún método para acordarse. También quizás le convenga llevar una libretita de bolsillo o una planillita en la cartera o la billetera para tenerla a mano y poder anotar.

Pero, ¿Doctor cuántas veces tengo que tomarme la presión?

Existen algunas recomendaciones generales, un mínimo de mediciones, depende de cómo esté su presión arterial. Pregúntele a su médico qué sería aconsejable en su caso. Posiblemente si su médico le cambió la medicación o ajustó la dosis necesitará un control más estrecho. Otras veces si su presión está bien controlada y estable le pedirá controles menos frecuentes.


En realidad todo sirve, recuerde que siempre es mejor alguna medición que ninguna.


Si después de un tiempo, usted continúa con dudas o temores en torno a tomarse la presión arterial, en los Cursos "talleres" para hipertensos y su familia, encontrará un nuevo espacio donde tratar estos temas.

Nos contaba un hipertenso que después de hacer el curso, se dio cuenta que 2amigarse" con el tensiómetro le había producido otros efectos. Encontró muchos amigos que no sabían que tenían presión alta. Al descubrirla, no solo logró que se traten, sino ser uno más, que ya no lo traten distinto como "el hipertenso".
¿Me estaré tomando bien la presión?
Conocer algunos detalles de cómo medirse la presión arterial adecuadamente ayuda a que, tanto usted como su médico, confíen en que la presión está bien tomada.


Recomendaciones para medirse la presión arterial en forma adecuada:
  • Realice de 3 a 5 minutos de reposo previo.
  • Apoye la espalda en el respaldo de la silla.
  • No cruce las piernas.
  • No hable mientras se mide la presión (no le pregunte al farmacéutico
    ¿cuánto tengo? Antes de que finalice la toma)
  • Que la manga de la ropa no le ajuste.

¿Todos los equipos sirven?
La recomendación fundamental es utilizar un equipo que le mida la presión en el brazo, los de muñeca NO son confiables.
Puede utilizar un estetoscopio y el tensiómetro de siempre, el que tiene forma de reloj (llamado anaeroide) requiere un pequeño entrenamiento, pero puede comenzar a "jugar" con el equipo para saber de que se trata y después llevarlo a la consulta con su médico o con la enfermera.
Si usted tiene problemas de audición quizás no le convenga este sistema porque no va a escuchar bien los latidos. La ventaja de los equipos automáticos o semiautomáticos es que son más fáciles de usar, algunos tienen memoria, pero son algo más costosos.


Al menos una vez al año, lleve su tensiómetro a la consulta con su médico. Podrá verificar si usted se toma bien la presión arterial. Conseguir que su médico confíe más en usted.




Fuente: Fascículos coleccionables Aprender Salud. Publicación del Plan de Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires. Año 3 - Número 20. Abril del año 2007. 
Autores: Dra. Cuffaro, Paula, Dr. Galarza, Carlos, Dr. Janson, Jorge, Dra. Morales, Margarita,Dr. Rada, Marcelo, Dr. Alfie, José, Dr. Waisman, Gabriel

Hipertensión Arterial ¿Qué comer cuando no hay tiempo de cocinar?

Las sociedades primitivas que no agregan sal a sus comidas tienen niveles de presión arterial muy bajos y no desarrollan hipertensión, ni siquiera con la edad.
Las sociedades modernas, que ingieren progresivamente más sal en su alimentación (conservas, embutidos, comidas procesadas, comidas rápidas) padecen hipertensión, y se ha podido corrrelacionar su frecuencia y severidad con los niveles de consumo de sal.
En las grandes ciudades se calcula que el consumo de sodio es entre 15 y 25 veces mayor que el de las sociedades primitivas.

En nuestro país, 1 de cada 4 adultos es hipertenso. La mitad no lo sabe. De los que lo saben, la mitad no se trata. Y de los que se tratan, la mitad abandona el tratamiento.
La base del tratamiento es un cambio en el estilo de vida que incluye adoptar una alimentación más saludable. Hoy asistimos a un gran cambio en el rol de la mujer en la sociedad, a la que se le ven reducidas sus horas para dedicar a la cocina.
La propuesta es revisar el tema y tratar de encontrar la forma de comer mejor, aunque cada vez tengamos menos tiempo para cocinar.

¿QUÉ ES LA PRESIÓN ARTERIAL?
Es la presión ejercida por la corriente sanguínea sobre las paredes de las arterias. Cuando el corazón bombea impulsa la sangre a través de los vasos sanguíneos, suministrando oxígeno y nutrientes a todos los órganos.

¿CÓMO SE MIDE?
Se expresa como un par de valores, la presión SISTÓLICA o MÁXIMA que se produce cuando el corazón se contrae, y la presión DIASTÓLICA o MÍNIMA que se produce cuando el corazón se relaja. Esto sucede normalmente de 60 a 100 veces por minuto. Cuando estos valores aumentan por sobre lo normal en forma persistente, es HIPERTENSIÓN.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS?
El corazón, que debe trabajar más para bombear la sangre contra la mayor presión, sufre agotamiento. Si esta situación no se trata, se producen con el tiempo daños irreversibles; no solo en el corazón (insuficiencia cardíaca), sino en el cerebro (se acelera la aterosclerosis) y en los riñones (uno de cada dos hipertensos termina con algún grado de insuficiencia renal).

Cuánto más altos son los valores de la presión, más corto es el promedio de vida de las personas.

¿Y CUÁLES SON LOS VALORES NORMALES?
¿LOS JÓVENES Y LOS NIÑOS PUEDEN TENER HIPERTENSIÓN?
A pesar de que habitualmente se diagnostica después de los 60 años, puede desarrollarse desde temprana edad.
¿LA HIPTENSIÓN LEVE (140/90), DEBERÍA PREOCUPARNOS?
Todos los grados de hipertensión deben ser controlados. La hipertensión leve daña las arterias todos los días, progresivamente. Con el tiempo se desarrollarán complicaciones para la salud.
Para adultos
MÁXIMA menos de 140
MÍNIMA menos de 85

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA HIPERTENSIÓN?
El 90% de las personas que tienen hipertensión no obedece a causa conocida; se la denomina “esencial”. El factor hereditario es fundamental en la predisposición a desarrollarla..

FACTORES DE RIESGO

•NO MODIFICABLES: edad, historia familiar, sexo masculino antes de los 50 años.
•MODIFICABLES: sobrepeso y obesidad central, alta ingesta de sodio, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol, consumo de cigarrillos, estrés, diabetes.

¿ CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
La hipertensión esencial NO presenta síntomas. La mayoría de las veces se descubre gracias a un chequeo clínico de rutina. Los síntomas son el resultado de la hipertensión no tratada, cuando ya afectó a órganos vitales. Produce daño lenta y silenciosamente, mientras la persona se siente perfectamente bien.

¿CÓMO SE TRATA?
Las modificaciones en el estilo de vida constituyen el único tratamiento en el hipertenso leve, así como la prevención en hijos de hipertensos o en aquellos con valores tensionales limítrofes o que manifestaron una elevación transitoria en respuesta a una situación de estrés.
En el hipertenso moderado y grave, estas medidas favorecen el control de otros importantes factores de riesgo cardiovascular (obesidad, tabaquismo, dislipemia, sedentarismo), y mejora la respuesta al tratamiento farmacológico, permitiendo dosis menores de los medicamentos indicados.

•Corregir el sobrepeso: es la medida más eficaz. La obesidad de tipo abdominal tiene relación directa con los valores de presión arterial.
La reducción sostenida de solo un 10% del peso actual, produce una mejora significativa de los valores tensionales.
•Actividad física regular: colabora con el descenso de peso y alivia la tensión emocional. Se recomienda una caminata o sesión de ejercicio aeróbico de 30-40 minutos, casi todos los días.
•Reducción del consumo de alcohol: el exceso de alcohol puede ser más grave que el de sodio. Debería ser restringido a no más de 30g/día (una medida de whisky, 250cc de vino, 600cc de cerveza).
•Reducción del consumo de sodio: la restricción MODERADA de sal (2 a 4 gramos/día) no tiene riesgos y es aconsejable en todo paciente hipertenso, aun en aquellos con pobre respuesta al sodio, porque facilita el efecto de la medicación.
•Asegurar una adecuada ingesta de calcio, potasio y magnesio: solo se aportan con una amplia VARIEDAD de alimentos que incluya: cereales integrales, hortalizas, frutas frescas, secas y desecadas, además de lácteos descremados. Aumentan la eliminación urinaria de sodio.
•Supresión del tabaco: si bien no está comprobado que influya directamente, es otro factor de riesgo mayor que potencia a la hipertensión en el daño del aparato circulatorio.

PLAN DE ALIMENTACIÓN

Consiste en modificar GRADUALMENTE nuestros hábitos alimentarios en aspectos que exceden en mucho a la restricción de sodio y al control de calorías para perder peso. Aumentar la ingesta de potasio, magnesio y calcio, así como asegurar un alto consumo de fibra y disminuir el consumo de grasa saturada son elementos igualmente importantes, en el contexto de una alimentación saludable para toda la vida.

CONOCER PARA PREVENIR
Estas medidas generales pueden ayudar a “proteger” de la hipertensión a las personas con antecedentes familiares, retardando el comienzo de la enfermedad en los hijos de hipertensos.

¿Y CUÁLES DEBERÍAN SER LOS CAMBIOS CONCRETOS EN LO COTIDIANO?

•Aumentar el consumo de HORTALIZAS, incorporándolas en todas las comidas. Frescas, congeladas o en lata SIN agregado de sodio.
•Agregar el consumo de FRUTAS al final de las comidas y como colación (frescas, en lata, secas o desecadas).
•Asegurar el aporte de calcio con LÁCTEOS DESCREMADOS, 2 a 3 porciones al día.
•Evitar los alimentos salados (embutidos, encurtidos, enlatados, caldos y sopas comerciales, platos pre-elaborados). No utilizar el salero en la cocina, aprendiendo a aprovechar especias y condimentos. Aprender a leer etiquetas, para elegir las aguas minerales y las bebidas de consumo diario.
•Aumentar el consumo de fibra vegetal: el tipo de fibra que posee efectos beneficiosos es la soluble. La que aportan las legumbres, algunos cereales como la avena y la mayoría de las frutas y verduras con alto contenido en pectina.
•Disminuir el consumo de grasas saturadas: utilizando lácteos descremados en lugar de comunes, quesos de bajo contenido graso, cortes magros de carne (cuadril, peceto) o sin grasa visible, pollo sin la piel, reemplazar la manteca de las preparaciones por aceite.
•Aumentar progresivamente el número de comidas que tienen ingredientes vegetales (cereales, legumbres, hortalizas); hasta que las carnes, fiambres y quesos sean utilizados como “condimentos” o “complementos” de aquellos.

¿QUÉ COMER CUANDO NO TENEMOS TIEMPO PARA COCINAR?

Para comer todos los nutrientes que necesitamos para estar sanos debemos ORGANIZARNOS. Aprovechar las ventajas de disponer de heladera, freezer, alimentos congelados, enlatados sin agregado de sodio, sales con 1/3 del contenido de la sal común. Y tener a mano siempre variedad de frutas frescas, secas y orejones; así como yogur y leche descremada. Lavar bien la verdura, cocinar la que necesite cocción y conservar en recipientes herméticos en la heladera.

Se trata, entonces, de CAMBIOS GRADUALES: reconsiderando algunos hábitos de compra, preparando alimentos frescos o congelados, y emplear cada vez menos productos envasados y procesados, para que la alimentación cotidiana aporte los nutrientes en su justa medida, sin excesos de sodio o de calorías, pero sin carrencia de la variedad de minerales que están implicados en la regulación de la presión..

Fuente: Sociedad Argentina de Nutrición