Se calcula que el 60 por ciento de los estadounidenses, hacia la edad de 60 años, presenta diverticulosis, o sea la presencia de pequeños sacos o bolsas a lo largo del intestino grueso (colon). La Mayo Clinic nos ofrece una visión general sobre la diverticulosis, que generalmente no produce síntomas.
Los síntomas de la diverticulitis incluyen dolor y sensibilidad en el lado inferior izquierdo del abdomen. El dolor suele ser intenso y aparece repentinamente. Algunas personas sienten un dolor menos fuerte que fluctúa y se acumula gradualmente durante el transcurso de varios días. Puede también haber fiebre, náusea, estreñimiento y diarrea, o a veces hasta problemas urinarios.
La diverticulitis es leve y sin complicaciones en alrededor del 75 por ciento de las personas que la padecen. El tratamiento incluye analgésicos de venta libre, antibióticos y dieta líquida durante unos días, todo lo que normalmente se administra en casa.
Sin embargo, la diverticulitis puede ser más grave y hasta mortal. Las complicaciones de esta afección pueden incluir la presencia de un saco infectado y lleno de pus (absceso), la perforación del divertículo dentro de la cavidad abdominal o una obstrucción intestinal. En tales casos, posiblemente se requiera administrar antibióticos por vía intravenosa y una operación para extirpar la porción afectada del colon.
Los médicos no saben con certeza las causas para estas anomalías en el colon, aunque se sospecha que guardan relación con una alimentación sin fibra, falta de ejercicio, obesidad y envejecimiento. Realizar cambios en el estilo de vida, sobre todo añadir fibra en la alimentación, puede prevenir el avance de la diverticulosis y la recurrencia de la diverticulitis. La recomendación es que los hombres y mujeres de más de 51 años consuman 30 y 21 gramos de fibra al día, respectivamente. Una alimentación con alto contenido de fibra consiste en ingerir abundancia de frutas, verduras, productos integrales, legumbres y leguminosas. No existe ninguna evidencia respecto a que los alimentos, tales como las semillas, las nueces o las palomitas de maíz, aumenten el riesgo de diverticulitis.