Colesterol bueno: cuanto más, mejor

Dentro de las variables que se chequean en un control periódico de salud se encuentra la medición de los niveles de colesterol. Mientras que durante mucho tiempo nos enteramos de que conviene reducir el colesterol LDL, llamado “malo”, hoy se reconoce que puede ser de mucho beneficio en la prevención del infarto cardíaco subir el colesterol llamado “bueno” o HDL.
¿Por qué puede estar bajo el colesterol “bueno”?
El sobrepeso y el sedentarismo contribuyen, en especial, para quienes tienen predisposición genética. El tabaquismo es un factor importante. Quienes tienden a tener glucemias altas (como los diabéticos), las personas que tienen pancita, gente de edad media o de edad mayor que no realiza actividad física alguna, también, cuentan con mayor predisposición a tener bajo el colesterol “bueno”.

¿Qué se puede hacer para subirlo? ¡Mucho! El cuerpo responde fabricando más colesterol “bueno” cuando introducimos determinados estímulos, como hacer actividad física y, en algunos casos, cuando se baja de peso o se deja de fumar.




¿Cuánto ejercicio hace falta, por cuantos meses?
Si una persona no realiza actividad alguna, ya es de por sí muy bueno comenzar, aunque esto todavía no sea suficiente como para que se vea reflejado en una suba del colesterol “bueno”.

Se necesita cantidad. Hará falta un determinado volumen de ejercicio, no bastará con 15 minutos dos veces por semana. Se necesitará, entonces, al menos una hora de ejercicio aeróbico (bailar, nadar, bicicleta, etc.) la mayor parte de los días de semana. Algún tipo de ejercicio con cargas livianas (pesas, aparatos, bandas elásticas) también pueden ser de beneficio.

Se necesita tiempo. Miguel, un paciente, nos contaba que había logrado cambiar su rutina y hacer ejercicio, pero se sentía frustrado porque no podía subir sus niveles de colesterol “bueno” luego de tres meses de esfuerzo. Le costó creer que el cuerpo no puede aumentarlo de golpe. Al parecer, “la fábrica” es pequeña, su capacidad de “hacerse rico” pronto es limitada. Pero lentamente, con sus tiempos, se va acumulando el beneficio de estos cambios en el cuerpo.

Al colesterol bueno hay que darle tiempo, la suba en los valores se notará en los análisis de seis meses a un año.
¿Por qué es bueno? Existe un colesterol llamado “bueno” porque es el que saca o puede sacar el colesterol depositado en las arterias y llevarlo al hígado para que después se elimine. Y además tiene otras funciones que son protectoras de las arterias. Entonces cuanto más tengamos, mejor. En las mujeres es ideal que los valores sean mayores a 50/55 y en los varones más de 40/45 miligramos por ciento.
¿Qué alimentos colaboran para que suba? ¡Por suerte no hay que hacer siete clases de dietas! Comer una comida protectora basada en vegetales y frutas, utilizando aceites buenos y con menos harinas y azúcares refinados, siempre ayuda a tener un mejor perfil de grasas de la sangre, una mejor silueta y un mejor control de la presión arterial, por lo tanto, un buen estado general de salud.
Las grasas  buenas monoinsaturadas (omega 3 y omega 9) pueden ayudar a mejorarlo (se encuentran, por ejemplo, en el aceite de oliva, la palta y el maní sin sal). 


Prevenir -Hacer- MedirDesde Aprender Salud, queremos destacar que el beneficio de lo que hacemos no siempre se expresa en números. En estos tiempos, donde todo es “medible”, las personas hacen cambios,  esfuerzos por estar mejor y producen efectos intangibles que, en ocasiones, no se reflejan en un análisis, en la balanza o en la presión arterial.
Por ejemplo, se sabe que cuando uno come sano está protegiendo las arterias, al margen de los valores alcanzados. Si bien esto es esperado no dejó de sorprender a la comunidad científica que el llamado “Estudio de los siete países” mostrara que -a igual valores de presión y colesterol- el riesgo cardiovascular puede cambiar muchísimo dependiendo del lugar del mundo en dónde uno vive (y con lo que se alimente).
De aquí surgió la idea de una dieta protectora, que no siempre expresará sus beneficios en un análisis o en una medición de presión arterial, concepto ampliamente aceptado en el presente.
Lo mismo sucede con el ejercicio, mas aún en el caso del colesterol HDL, donde el efecto visible, de existir, puede tardar meses en aparecer.

Nota publicada en la Revista el Hospital Italiano por el Dr. Marcelo Rada, Área Lípidos, Sección Hipertensión Arterial, Servicio de Clínica Médica.