CÁNCER GINECÓLOGO

¿Qué es el Cáncer de Cuello de útero?

El cáncer del cuello de útero también se conoce como cáncer cervical o de cérvix. Como sucede con la mayoría de los cánceres, se les da el nombre por la parte del cuerpo en donde empiezan. El cáncer de cérvix o cuello uterino es diferente del cáncer que empieza en otras partes del útero y requiere un tratamiento diferente.
Nuestro organismo está constituido por órganos y éstos a su vez por un conjunto de células, que se dividen de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas y mantener así la integridad y el correcto funcionamiento de los distintos órganos. Este proceso está regulado por una serie de mecanismos que indican a la célula cuándo comenzar a dividirse y cuándo permanecer estable.
Cuando estos mecanismos se alteran en una célula, ésta y sus descendientes inician una división incontrolada que con el tiempo dará lugar a un tumor o nódulo.
Si estas células además de crecer sin control adquieren la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor (infiltración) y de trasladarse y proliferar en otras partes del organismo (metástasis) se denomina tumor maligno, que es a lo que llamamos cáncer.
¿A quienes afecta?
La causa principal es la infección con el virus del papiloma humano (HPV), generalmente transmitido por vía sexual.
La mujer que tiene ciertos factores de riesgo puede tener más posibilidades que otras de cáncer de cuello de útero.

Algunos de los factores de riesgo de cáncer de cuello uterino son:
• Infección de HPV: Los HPV son un grupo de virus que pueden infectar el cérvix.   Hay  más de 100 tipos de virus  algunos de alto riesgo y otros que no  solo producen verrugas genitales que no se transforman en cáncer.   Muchas infecciones por HPV  desaparecen espontáneamente. Una infección de HPV que no se cura, puede causar cáncer de cérvix en algunas mujeres. El HPV es la causa de casi todos los cánceres cervicales. Las infecciones por HPV son muy comunes. Estos virus se pasan de una persona a otra por contacto sexual. La infección por HPV puede también producirse por contacto  de piel, intercambio de ropa. Se recomienda el uso del preservativo   para evitar enfermedades de transmisión sexual.
La mayoría de los adultos han sido infectados con HPV en algún momento de su vida, aunque la mayoría de las infecciones desaparecen por sí solas.
• Irregularidad en hacerse pruebas de Papanicolaou (PAP): El cáncer cervical es más común entre las mujeres que no realizan pruebas regulares de Papanicolaou. El PAP ayuda a que los médicos encuentren células alteradas. Al eliminar estas células anormales se evita generalmente el cáncer cervical.
• Tabaquismo: En las mujeres infectadas con HPV, el fumar aumenta levemente el riesgo de padecer cáncer de cérvix.
• Sistema inmunitario debilitado (el sistema natural de defensa del cuerpo): La infección con VIH (el virus que causa el sida) o el tomar medicamentos que inhiben el sistema inmunitario aumentan el riesgo de padecer cáncer cervical.
• Uso de píldoras anticonceptivas durante mucho tiempo: Su uso durante 5 o más años puede elevar ligeramente el riesgo de cáncer cervical en mujeres con infección de HPV. Sin embargo, el riesgo disminuye rápidamente cuando la mujer deja de usarlas.
• Tener muchos hijos: Los estudios sugieren que tener 5 ó más hijos puede elevar ligeramente el riesgo de padecer cáncer cervical en mujeres con infección por HPV.
¿Cómo se previene?
Las mujeres a partir de los 25 años deben someterse a pruebas de detección precoz de cáncer de cuello de útero.
La citología o prueba de Papanicolaou (PAP), realizada anualmente es una forma eficaz de detección precoz del cáncer de cuello de útero. Es aconsejable que todas las mujeres sexualmente activas y/o a partir de los 25 años y hasta los 70  AÑOS se realicen esta prueba de forma periódica.
Otro método de diagnóstico  que es muy utilizado en nuestro medio es la Colposcopia; se trata de un instrumento que magnifica  las imágenes que ve  el ginecólogo. El especialista puede utilizar uno o los dos métodos es decir PAP Y COLPOSCOPIA
El objetivo de esta prueba es detectar lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino, de tal forma, que el diagnóstico en estas etapas tempranas permita aplicar tratamientos sencillos y obtener una completa curación de las mismas. Para realizar entonces una correcta prevención, es necesario:
  • Visitar al ginecólogo de forma periódica.
  • Mujeres sexualmente activa y/o mayores de 25 años: realizarse el test de Papanicolaou (PAP) o citología cervicovaginal periódicamente, según el criterio del médico.
¿Cuáles son sus síntomas?
Las mujeres con cánceres de cuello uterino en etapa temprana y precánceres usualmente no presentan síntomas. Los síntomas a menudo no comienzan sino hasta que un cáncer se torna invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son:
  • Sangrado vaginal anormal, tal como sangrado después de sostener relaciones sexuales (coito vaginal), sangrado después de la menopausia, sangrado y manchado entre periodos y periodos menstruales que duran más tiempo o con sangrado más abundante de lo usual.
  • Una secreción vaginal inusual (la secreción puede contener algo de sangre y se puede presentar entre sus periodos o después de la menopausia).
  • Dolor durante las relaciones sexuales.
Estos signos y síntomas también pueden ser causados por otras condiciones que no son cáncer de cuello uterino. Por ejemplo, una infección puede causar dolor o sangrado. Aun así, si usted tiene algunos de estos signos u otros síntomas sospechosos, es importante que vea a su médico de inmediato. Ignorar los síntomas puede permitir que el cáncer progrese a una etapa más avanzada y que se reduzcan sus probabilidades de un tratamiento eficaz.
¿Se puede detectar tempranamente?
El cáncer de cuello de útero es uno de los pocos cánceres que se pueden diagnosticar precozmente, es decir, antes de que la mujer aprecie algún síntoma.
La gran mayoría de los cánceres de cuello de útero se desarrollan a partir de cambios premalignos en las células, por lo que existen dos maneras de evitar la enfermedad: por un lado, se pueden prevenir las lesiones premalignas y por otro lado, detectarlas y tratarlas antes de que estas lesiones invadan en profundidad.
Las revisiones ginecológicas habituales y la realización regular del  test de Papanicolau o citología cérvico-vaginal permite el diagnóstico de las lesiones premalignas, de tal forma, que su tratamiento evita que éstas evolucionen a lesiones invasivas. 
El test de Papanicolau o citología cérvicovaginal sigue siendo la prueba más adecuada y empleada para el diagnóstico de lesiones precursoras de cáncer de cuello uterino.
Es una prueba sencilla, no dolorosa que se realiza durante el examen ginecológico de rutina. Mediante una espátula se obtienen células del fondo de la vagina y del ectocérvix. Con un pequeño cepillo redondeado se toman células del interior del cuello. Las células así recogidas se depositan sobre un cristal especial denominado portaobjeto, que será enviado al laboratorio para analizar la muestra al microscopio.
Para evitar el mayor número posible de errores es importante que la mujer siga una serie de recomendaciones antes de acudir al ginecólogo para realizar esta prueba:
Evitar las relaciones sexuales en las 48 horas previas a la realización del mismo.
Evitar lavados vaginales en las 48 horas previas.
No utilizar espermicida u otras cremas vaginales 48 horas antes del test.
La prueba debe realizarse entre periodos.
Se recomienda la realización de este test en mujeres que sean o hayan sido sexualmente activas que no hayan sido sometidas a histerectomía o lo hayan sido por cáncer de cérvix o por lesiones premalignas, con edades comprendidas entre 25 y 70  años (recomendación de la CE). El límite de edad superior dependerá de si las dos últimas citologías son normales.
Existe una vacuna para combatir el HPV que produce  cáncer de cuello uterino en la mayoría de los casos. El Ministerio de  Salud Publica incorporo   la vacuna al Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles con carácter gratuito y obligatorio a todas las niñas de  11 años  de edad. Para su aplicación se aconseja la consulta con un profesional.
Mitos y verdades:
El cáncer no le da a las mujeres jóvenes: La edad promedio de las mujeres que presentar cáncer de cuello uterino esta alrededor de los 48 años. Lo anterior no quiere decir que no se presente en mujeres más jóvenes, ya que todo depende de los factores de riesgo a los que se esté expuesto: inicio temprano de relaciones sexuales sin protección, relaciones sexuales con diferentes parejas, antecedentes familiares entre otras.

La vacuna para el VPH protege al 100% contra el cáncer de Cérvix: La protección de la vacuna se ejerce sobre cuatro agentes diferentes del virus, dos de los cuales se han vinculado como causantes del cáncer uterino. Expertos recomiendan que la administración de esta vacuna se debe suministrar antes de que se inicie actividad sexual.

Si fui vacunada contra el VPH, no debo usar condón en mis relaciones sexuales: Se recomienda usar condón en las relaciones sexuales, porque existen numerosas enfermedades transmitidas por vía sexual para las que la vacuna no protege. En el año 2011 se incorporó a la Agenda Nacional de Vacunación  con carácter gratuito y obligatorio la vacuna  para HPV a todas las niñas  de once  años. La aplicación  debe ser para mujeres  de mayor edad pero se recomienda consultar a médico profesional especialista.

El PAP es igual a un examen pélvico: El PAP se realiza, básicamente, con el fin de detectar la presencia o ausencia de células cancerosas en las secreciones vaginales y cervicales. En el examen de la pelvis, el médico realiza un examen del cuello uterino y de otras partes de la anatomía de la mujer. Ambos exámenes son importantes para detectar anormalidades tempranamente.

Si el resultado del PAP es anormal quiere decir que tengo cáncer: No necesariamente. Es indispensable que el resultado sea conocido por su médico, quien interpretará el examen y probablemente, según los hallazgos, remita pruebas de seguimiento. Una citología anormal puede indicar una condición precancerosa que puede ser tratada si se detecta oportunamente. Así mismo, una citología negativa no siempre quiere decir que la mujer no tiene cáncer, por eso la importancia de la evaluación médica periódica y el reconocimiento de señales de alarma como sangrado abundante o dolor pélvico.

Después de un tratamiento para cáncer cervical se puede tener hijos El cáncer cervical precoz se puede curar con la extirpación o destrucción de los tejidos precancerosos o cancerosos. Existen diversas formas quirúrgicas de hacer esto sin extirpar el útero ni dañar el cuello uterino, de tal manera que la mujer pueda aún tener hijos en el futuro.

Nota publicada en la página de LALCEC