S.O.S.: Riñón y antiinflamatorios

"En los adultos, una causa común y prevenible de daño renal, es el consumo de analgésicos", enfatiza el Dr. Guillermo Rosa Diez, jefe del Servicio de Nefrología de adultos del HI a quien entrevistamos para esta nota.

¿Cómo afecta a los riñones el consumo de antiinflamatorios en los adultos?
Los llamados analgesicos o antiinflamatorios pueden afectar negativamente al riñon especialmente en los adultos mayores.
Los riñones tienen una capacidad, llamada reserva funcional renal que  va disminuyendo con los años. En esta situación dependen para un adecuado funcionamiento de las prostaglandinas que son modificadas por los antiinflamatorios no esteroides (AINE).
En los adultos, entonces, un consumo indiscriminado de estos fármacos (aspirina, ibuprofeno, diclofenac entre otros) puede ser una causa muy importante de falla del riñón, generalmente silenciosa, es decir que no provoca síntomas hasta muy avanzada la enfermedad.
¿Qué otros factores predisponen a la falla renal?
Además, esto suele ocurrir en un contexto donde hay otros factores. Por ejemplo, un paciente que esté tomando alguna otra medicación para tratarse una enfermedad crónica -como diabetes o hipertensión arterial- es más vulnerable al daño renal agudo. Y esto es un círculo vicioso, ya que el paciente corre el riesgo de dejar una lesión definitiva, conduciendo a otro cuadro más grave, la enfermedad renal crónica.
¿Cómo impacta la hidratación en los riñones?
Si bien la deshidratación es otro factor de riesgo a considerar, hoy estamos ante una cultura de la sobrehidratación, asumiendo que tomar mucho líquido es mejor. También acá hay una exageración de los medios, que relacionan el tomar más de dos litros de agua con la salud , el bienestar, la depuración de toxinas etc. Y no hay beneficiosos demostrados de exagerar con el consumo de liquidos.
En los adultos mayores no es necesario beber líquido hasta la última hora de la noche. Al contrario, si uno toma líquido en exceso -sobre todo acompañando la cena y antes de acostarse -seguramente a la noche se va a levantar a orinar y  eso hay que tenerlo también en cuenta.
¿Cómo se puede hacer un buen uso de los analgesicos?
Por otra parte, hay que decir que en muchos casos tienen una indicación médica. Por ejemplo, si el paciente tiene una enfermedad articular reumatológica o traumatológica y colabora con su calidad de vida. Afortunadamente adentro del Hospital existe mucha conciencia. Los profesionales, ante un paciente que tiene insuficiencia renal, saben que no utilizarán drogas tóxicas .
¿Cuál es el riesgo de hacerle caso al Doctor Propaganda?
Si bien no debemos demonizar a las medicaciones de uso masivo, que realmente pueden dar soluciones a los pacientes, hoy en día se puede comprobar que los antiinflamatorios son muy promocionados en la televisión y en la radio (diclofenac, ibuprofeno, aspirina, etc.). Incluso, a veces, el mensaje está muy deformado, una persona pasa de tener un dolor a que la medicación, además de solucionárselo, tenga que ver con los cambios de su vida, de su humor y de todo lo que le pasa durante el día. La publicidad facilita este consumo masivo, que puede llevar a un deterioro renal.
Por otro lado, la automedicación existe, ¿cuál es el límite?
El tema es cuando el paciente hace uso y abuso por su cuenta de las medicaciones. Por eso hacemos hincapié en que lleve este tema a la consulta ya que el médico sabe muy bien que, si tiene el paciente un problema renal, hay otras alternativas para tratar la fiebre o para tratar el dolor con medicamentos que no sean dañinos para los riñones.
El paracetamol, por ejemplo, no tiene la misma nefrotoxicidad que tienen el resto de los antiinflamatorios, no es un potente analgésico pero sobre todo es un buen antipirético. Entonces, en caso de fiebre, es preferible tomar un paracetamol. La aspirina en bajas dosis (hasta 100 mg.) tampoco es tóxica. Para prevenir daños en los riñones se recomienda no automedicarse de una manera prolongada (no más de dos o tres días y con una frecuencia siempre mayor a las seis horas entre comprimidos).

El Colesterol: Conceptos básicos

¿Qué es el colesterol?
Es una sustancia grasa que el cuerpo utiliza en diversas funciones:
  • Formar parte de las membranas celulares.
  • Es precursor de las hormonas sexuales y suprarrenales, de los ácidos biliares (que se sintetizan en el hígado y participan en la absorción de la grasa en el intestino) y de la vitamina D.
 
¿Dónde se origina?
Nuestro cuerpo fabrica la mayor parte del colesterol en el hígado, piel, intestino y en las glándulas suprarrenales.
El resto, aproximadamente un 20 %, proviene de nuestra alimentación.
Se encuentra sólo en los alimentos de origen animal:
 
 
  • Fiambres y embutidos (chorizo, morcilla)
  • Vísceras (sesos, hígado, riñón, corazón)
  • Carnes, pollo, pescado
  • Huevos (yema)
  • Manteca
  • Lácteos enteros (leche, yogur, quesos)
 
    Las frutas, verduras y cereales no contienen colesterol.
     
    ¿Qué significa "colesterol bueno" y "colesterol malo"?
    Para viajar por la sangre, el colesterol es transportado por ciertas sustancias, las lipoproteínas.
    Las llamadas LDL ("colesterol malo") son las encargadas de llevar el colesterol desde el hígado a los tejidos. Altos niveles de LDL pueden obstruir las arterias aumentando el riesgo de un ataque al corazón.
    Las HDL ("colesterol bueno") quitan el colesterol de las paredes de las arterias, evitando que éstas se endurezcan y obstruyan. Conviene que sus niveles sean elevados por su efecto protector.
    ¿Qué es la hipercolesterolemia?
    Se refiere a cuando los niveles de colesterol total en la sangre sobrepasan ciertos límites considerados saludables (> 200mg/dl)
    Cuando el nivel de colesterol en sangre es alto significa que se puede depositar en la pared de las arterias, lo que contribuye a aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular y más específicamente de infarto.
    El colesterol LDL elevado ("colesterol malo") es la causa principal de enfermedad cardiovascular. Por este motivo, los objetivos actuales en el tratamiento de la hipercolesterolemia, hacen hincapié en la reducción específica del colesterol LDL, ya que se lo considera como el principal determinante del "riesgo cardiovascular".
    Los otros "factores de riesgo" que deben tenerse en cuenta, más allá del valor de LDL en sangre, para determinar el "riesgo cardiovascular" de un individuo son:

    FACTORES DE RIESGO
    CARDIOVASCULAR
    • Consumo de cigarrillos
    • Presión arterial ³ 140/90 o uso de tratamiento antihipertensivo.
    • HDL colesterol < 40 mg/dl.
    • Familiares de primer grado con enfermedad coronaria
      antes de los 55 años (en hombres) o 65 años (en mujeres).
    • Edad ³ 45 años (en hombres) o 55 años (en mujeres).

    Qué está haciendo Ud. por sus arterias Nota publicada en la Revista del Hospital Italiano

    ¿Qué es y cómo mejorar el colesterol bueno?

    El colesterol bueno, conocido como HDL, es una partícula cuya finalidad es transportar el colesterol desde la pared arterial hacia el hígado, favoreciendo una "limpieza" vascular de los depósitos de grasas.

    ¿Cómo se genera el HDL? ¿Qué función cumple?
     
    Es una partícula formada por proteínas y lípidos (grasas) que genera el hígado. Circula por la sangre y es capaz de extraer el exceso de colesterol de la pared de los vasos arteriales y transportarlo nuevamente al hígado, donde será eliminado a través de la bilis por el tubo digestivo.

    Realiza el camino inverso al del colesterol malo, conocido como LDL (transporta el colesterol desde el hígado hacia las arterias). De esta forma el HDL evita que los depósitos de grasa sigan creciendo en las arterias, situación conocida como aterosclerosis, que puede llegar a ocasionar complicaciones: infarto, angina de pecho o un accidente cerebrovascular.

     
    ¿Cuáles son los valores normales?
     
    La mayoria de las recomendaciones considera "normal" al HDL cuando supera los 40mg/dl en el hombre y los 50mg/dl en la mujer.
     
    ¿Qué factores bajan el HDL?
     
     
    Existen diferentes situaciones que pueden disminuir los niveles de HDL en sangre. Entre ellas se encuentra el sedentarismo, el sobrepeso o la obesidad y el tabaquismo.

    Otras enfermedades como la diabetes o los altos niveles de triglicéridos en sangre también pueden disminuir la concentración de HDL.

     
    ¿Existe relación entre el nivel de HDL y la enfermedad cardiovascular?
     
    Los pacientes que presentan niveles bajos de HDL presentan una mayor probabilidad de tener un infarto, una angina de pecho, un accidente cerebrovascular o enfermedad arterial de los miembros inferiores. Esta relación es lineal, es decir cuanto menor es el nivel de HDL, mayor probabilidad de tener un problema vascular.
    Obviamente si el paciente además posee otros factores de riesgo cardiovascular como ser la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo o el colesterol malo alto, el riesgo aumenta considerablemente. Pero no se alarme, hay medidas sencillas que Ud. puede realizar que ayudan a aumentar el colesterol bueno como una alimentaciòn saludable y realizar actividad fìsica , entre otras. Pequeños aumentos de HDL trae grandes beneficios.
     
    ¿Cómo puedo mejorar el HDL?
     
     
    Es fundamental tener un peso corporal adecuado a través de una manera de comer diferente, saludable. La disminución de peso aumenta los niveles de HDL. Una nueva manera de comer  
    La actividad física es quizás la medida que más puede aumentar al colesterol bueno. Se recomienda ejercicios aeróbicos (caminatas, bicicletas, realización de deportes, etc.) no menos que 30 minutos diarios.
    ¡A Moverse!
     
     
    Si Usted fuma, sepa que el dejar el cigarrillo puede mejorar hasta un 10% los niveles de colesterol bueno. Fumar y sus consecuencias  
     
    Una o dos medidas de alcohol (preferentemente vino tinto) tiene el mismo efecto. Sin embargo, el alcohol puede generar un aumento de peso (tiene valor calórico) y en algunas ocasiones aumentar los triglicéridos.
     
    Por último existen productos farmacológicos que pueden mejorar un poco el HDL. Sin embargo no tiene el efecto tan importante como sobre el colesterol malo, haciendo que las medidas higiénico-dietéticas (ejercicio + dieta saludable) sean el pilar en el tratamiento de los pacientes con HDL bajo.
    Por todo lo que señalamos el pilar fundamental para aumentar los niveles en sangre de colesterol HDL son las medidas higiénico-dietéticas: el ejercicio acompañado de una alimentación saludable. Usted verá por donde puede comenzar o cómo mejorar lo que ya está haciendo…

    Nota publica en la Revista el Hospital Italiano

    Lectura de etiquetas: reconociendo las grasas invisibles.

    Muchas veces nos privamos de comer la grasa visible de la carne, la piel del pollo, sin embargo consumimos grandes cantidades de aceites y grasas "invisibles" en alimentos inocentes como las galletitas de salvado o las tartas.
    Esto se debe en esencia a que el aceite "moja" la harina - igual que el agua - diluyéndose en ella, y no se nota. En las galletitas y en la repostería es un elemento básico para que se mantengan "tiernas" en las góndolas del supermercado.

    De hecho, el uso de las margarinas en grandes cantidades en los panificados es algo muy nuevo en la alimentación humana, data de la segunda guerra mundial, donde las galletas debían durar mucho más tiempo en el frente de batalla.

     
     
    Este exceso de grasa facilita aumentar de peso, dificulta el éxito cuando se quiere adelgazar llevando a grandes frustraciones.Pero quizás lo mas serio es que mucha de esta "grasa invisible" es mala para las arterias, tan mala como el colesterol a quien fácilmente hemos calificado como el único gran culpable
    - "Si yo no como nada"... por qué no puedo adelgazar? - decía Laura de 27 años. - Me paso comiendo ensaladas.
    Conversando se dio cuenta, que en la oficina consumía frecuentemente café cortado con sacarina y galletitas de salvado. Su sorpresa fue inmensa cuando le enseñamos que en medio paquete (su dosis habitual) hay aproximadamente 600 calorías y 15 gramos de grasa.

     
    Otra decepción tuvo la Sra. María quien cocina sano para su marido con colesterol alto, cuando aprendió que lo que hacía no era bueno, porque una parte del aceite hidrogenado (los isómeros TRANS) y otras grasas saturadas, contenidos en alta cantidad en la masa de empanadas o tartas hace que el cuerpo fabrique colesterol.

    No es extraño que estas personas desconocieran esto, quizás Ud. tampoco lo sabía. De hecho solo hace un par de años que en los EEUU, se exige colocar en las etiquetas la cantidad de aceites hidrogenados TRANS en el rubro de grasas malas.

    Los quesos comunes
     
    También en los quesos comunes que tienen entre 20 y 30 % de su peso en grasa, es grasa animal, saturada que no solo favorece mucho el aumento de peso sino la enfermedad cardiovascular. Incluso el queso "port salut" tiene alrededor de 15-18% de grasa.

    ¿Cuándo se considera que un alimento es bajo en grasas?


    Cuando contiene menos de 5 gr de grasa en 100 g de producto.

    ¿Qué estrategias podemos realizar para reconocer las "grasas invisibles"?

    1. Reconocer aquellos alimentos con alto contenido de grasas invisibles y que no tienen etiqueta (cómo los que señalamos anteriormente y muchos más).
    2. Aprender a leer las etiquetas de los productos elaborados.


    ¿Cómo identificar las "grasas invisibles" en las etiquetas?

    Pueden aparecer con diferentes denominaciones:
     
    Sinónimos (engloban a todas las grasas).
    Grasas
    Lípidos
    Lípidos Totales
    Distintos tipos de grasas
    Lípidos o ác. grasos saturados
    Lípidos o ác. grasos monoinsaturados
    Lípidos o ác. grasos poliinsaturados
    Aceites hidrogenados
    Grasa animal

    A veces encontrará que la etiqueta dice grasas, lípidos o lípidos totales y otras veces además estarán discriminados los contenidos de los distintos tipos de grasas.

    Mirando las Etiquetas

    Le proponemos, a modo de ejemplo que identifique en las siguientes etiquetas las "grasas invisibles" y jerarquice (en alto y bajo) su contenido en el producto.
    Galletitas AValores Nutricionales cada 100g de producto
     
    Calorías 440 kcal.Sodio 25 mg
    Lípidos 14gHidratos de carbono 68g
    Ac. grasos saturados 3gFibra Alimentaria 1g
    Ac. grasos monoinsaturados 10g Proteínas 12g
    Ac. grasos poliinsaturados 1g
    Colesterol 0g

    Ya habrá observado que el contenido de lípidos en estas galletitas es muy alto.

    La Guía OMS dice:
    • Limitar la ingesta de grasas.
    • Sustituir las grasas saturadas
      (origen animal)
      por grasas insaturadas.
    • Tratar de elimenar los
      ácidos grasos trans.




    Nota publicada en la Revista el Hospital Italiano

    ¿Cómo alimentarnos si tenemos problemas de colesterol alto?

    Una respuesta simple sería suprimir los alimentos con mucho colesterol. Sin embargo hoy se sabe que además es fundamental consumir más "alimentos protectores", que son beneficiosos por que ayudan a bajar el colesterol o antagonizan sus temidos efectos sobre las arterias.

    No se preocupe que todo cabe en sabrosas recetas.
    No se apure, vamos por parte así Ud podrá dominar el problema y lograr una prevención efectiva con una buena calidad de vida. Además no se frustre si el colesterol no disminuye. La respuesta a los cambios de la comida son muy variables. Hay otras alternativas como tomar pastillas. Si ya las está tomando estos consejos también le serán útiles.

    1- ¿QUÉ ALIMENTOS CONVIENE LIMITAR?
    El problema es complejo. Seguramente Ud. ya sabe que necesita disminuir los alimentos con mucho colesterol (como por ejemplo huevos, manteca, crema) y también los alimentos con "grasas malas", que hacen que el organismo produzca colesterol en exceso.
    Grasas malas y colesterol
    Dos tipos de grasas hacen que el hígado fabrique más colesterol. Este es un punto importante porque una gran parte del colesterol que circula en la sangre es fabricado por el propio cuerpo.
     
    • Las grasas saturadas se encuentran fundamentalmente en alimentos de origen animal (la grasa visible de las carnes en general, pero más invisible en quesos, lácteos enteros, cremas y helados) y en algunos de origen vegetal (coco, cacao, chocolate).
    • Las grasas "trans" Se encuentran principalmente en la margarinas comunes y los aceites hidrogenados que habitualmente se utilizan en la elaboración de alimentos muy comunes como las galletitas, facturas, productos de pastelería y de copetín.

    Las grasas saturadas y los aceites hidrogenadas o grasas trans constituyen el componente de la alimentación que mayormente eleva el colesterol total y en especial el colesterol malo (LDL), más aún que el colesterol contenido en los alimentos.
     

    Alimentos que conviene limitar
    • Fiambres y embutidos
    • Vísceras (hígado, sesos, riñón, corazón)
    • Cortes de carne que contengan mucha grasa,
      pollo con piel.
    • Quesos maduros (gruyere, roquefort,
      queso de rallar)
    • Caldos y sopas comerciales
    • Crema- manteca
    • Amasados de pastelería (masas de tarta,
      facturas y similares)
    • Galletitas con elevado tenor graso (> 5%)
    • Productos de copetín (papas fritas, chicitos, palitos)
    • Helados de crema

    Es básico consumir lácteos descremados
    Esto se debe a que los lácteos tienen mucha grasa pero además se consumen con gran frecuencia.
    Como es aconsejable consumir calcio es importante que Ud. sepa elegir.
    ¿Como elegir los lácteos descremados?
     
    Si consume carne roja o pollo hágalo con moderación y selecciones cortes magros.¿Cómo elegir las carnes magras?
      
     
    2- ¿QUÉ CONVIENE COMER SI TENGO COLESTEROL ALTO?
     
     
    Es fundamental consumir diariamente alimentos protectores para las arterias, ya sea por que bajan el colesterol o quizás más importante por que protegen en forma directa a las arterias ayudando a prevenir su obstrucción. Por eso aunque tenga el colesterol bien o esté tomando pastillas también le conviene consumirlos.
     
    Consumir vegetales, pescado y aceites buenos
     
    Como se señala en otra notas el beneficio de estos alimentos protectores es importante, así hay coincidencia en que el solo hecho de consumir vegetales diariamente reduce los problemas cardiovasculares graves como el infarto en un 30 %.
     
    Un gran beneficio también ocurre si consume regularmente pescado o aceite de oliva, en general combinados formando
    "una nueva manera de comer"
     
    Hay alimentos que bajan el colesterol, contribuyen a disminuir la absorción del colesterol a nivel intestinal: las fibras solubles y los fitoesteroles.
     
     
    El efecto sobre el colesterol es variable y depende de la cantidad que reabsorba el intestino.
     
    Consumir grasas monoinsaturadas y omega 3
    Las grasas Monoinsaturadas se encuentran en los aceites de oliva, aceitunas, paltas, y frutas secas.
       
        Los ácidos grasos omega 3 están presentes en cantidades importantes en los pescados de mar, particularmente pescados grasos de aguas frías como el salmón, el atún, caballa, sardinas, arenque, anchoas, etc.
        Otros alimentos que contienen Omega 3, pero en menor cantidad, son: los aceites de soja y de canola, las frutas secas y las semillas de lino.
        Los omega 3 reducen los niveles de triglicéridos en la sangre, los cuales si se encuentran en cifras elevadas son un importante factor de riesgo de enfermedad cardíaca
         
        Trate de consumir pescado 2 veces por semana como mínimo, especialmente los de mar con elevado contenido en omega 3 ( salmón, caballa, arenque). ¿Por qué comer pescados de mar?
        Estos alimentos que señalamos aquí por separado buscando ser más claros, están combinados en diversas culturas, que han logrado recetas sabrosas con estos principios. Son ejemplos la dieta del mediterráneo, la dieta asiática. Lo invitamos a ver recetas hechas por pacientes expertos y contemplando estos principios. 

        Triglicéridos elevados, ¿cómo bajarlos?

        ¿Por qué son importantes los triglicéridos?

        Tener los triglicéridos elevados en la sangre suele ser muy común en nuestra sociedad.
        En una época la ciencia pensaba que el único “malo” era el colesterol, pero actualmente se considera que la elevación de los triglicéridos es también una causa de enfermedad cardiovascular.

        A su vez cuando tenemos los triglicéridos elevados otras grasas de la sangre suelen afectarse: el colesterol malo es más dañino, el colesterol bueno –colesterol HDL – puede bajar.

        Piense que cuando baja los triglicéridos está cuidando sus arterias.
        ¿Por qué aumentan los triglicéridos?
        Las causas más comunes.

        Muchas características de la vida actual hacen subir los triglicéridos en la sangre; la propuesta de vida urbana, con poco movimiento, estrés y una comida inadecuada. Así se desarrollan la panza y el sobrepeso. Cada uno de estos factores y mas aún cuando son varios, llevan al aumento de los triglicéridos.


        Principales causas de elevación de los Triglicéridos
        • Sedentarismo
        • Sobrepeso
        • Exceso de alcohol.
        • Factores genéticos
        • Diabetes
        • Alimentación rica en harinas y
          azúcares refinados
          (por ejemplo el pan, las gaseosas)


        El abdomen y los triglicéridosMuchas veces no nos parece que estemos con sobrepeso, pues nos miramos en el espejo las piernas, brazos, las vemos delgadas y observamos que “sólo” tenemos pancita, es allí donde está el origen muchas veces de nuestros triglicéridos elevados.

        Medir los triglicéridos en la sangre

        Es fácil, solo tiene una particularidad, requiere un ayuno exacto de 12 a 14 hs., ni más ni menos. Es decir si se olvidó que tenía que hacer un análisis y comió hasta tarde, no se haga el análisis, hágaselo otro día.
        Una característica de los triglicéridos es que se obtienen resultados variables, y a veces cuando se los está estudiando es necesario hacer más de un análisis.
          
        ¿Qué hacer para bajar los triglicéridos?Hay muchas maneras y a diferencia de su primo el colesterol, en general responde favorablemente a cada cosa que intentemos, es decir es más modificable con los cambios de los hábitos.

        • Una de las medidas más efectivas es la reducción del sobrepeso.
        • Otra muy útil es aumentar la actividad física.
        • También ayuda mejorar la cantidad de músculos, la masa muscular.
        • Bajar la panza es quizás lo más impactante.
        • Cambiar la alimentación, la manera de comer
        Alimentación y Triglicéridos
        ¿Dónde está las “solución”de una comida saludable que cuide todas las grasas de la sangre?
        Usted lo ha visto en APRENDER SALUD, donde se propone un amplio patrón saludable que lleva a un nuevo equilibrio, un poco de todo.
        En esta nueva manera de comer, de proteger la salud, debe tener un mayor protagonismo los vegetales de todo tipo (no solo frutas ya que estas en exceso, con sus azucares pueden elevar los triglicéridos). ¿Cómo comer más vegetales?

        Dos pilares fundamentales en la alimentación para cuidar los TG
        • Primer Pilar disminuir los hidratos de carbono refinados.
          Una dieta saludable tiene que tener hidratos de carbono como poseen los vegetales (hidratos de carbono llamados complejos) y reducirse la ingesta de hidratos de carbono refinados como el azúcar, gaseosas comunes, golosinas, miel.
          Consumir cereales naturales y harinas integrales ayuda mucho, lácteos descremados, proteínas con poca grasa.Si está acostumbrado a beber gaseosas, elija GASEOSAS SIN AZUCAR ya que el consumo regular y excesivo de gaseosas azucaradas favorece el aumento de los triglicéridos.
        • El segundo Pilar: un nuevo equilibrio en las grasasEs importante lograr una nueva proporción de grasas malas y buenas (aumentado las buenas) serán beneficiosas, en particular disminuyendo las grasas animales, tambièn las trans y aumentando los omega 3.
          
        Hay grasas buenas que ayudan a bajar las grasas malas de la sangre.

        Son las grasas Omega 3, estas grasas hacen que el hígado produzca menos triglicéridos.
        La grasa omega 3 que se encuentran en los pescados de mar, nueces, semillas de lino trituradas, aceite de canola y soja. Incorporar estos alimentos en nuestra comidas habituales, es muy útil para reducir los triglicéridos.

        También en farmacias y dietéticas hay cápsulas de grasa omega 3 tanto de origen vegetal como aceite de pescado, que pueden servir de suplemento a lo que incorporemos en nuestra alimentación habitual.

          

        Aumentar la Actividad Física

        Una estrategia importante para bajar de peso y también para reducir lo triglicéridos es ir incorporando más actividad física en nuestra vida, es importante que reflexionemos como hacer para “incorporar" más actividad en nuestra vida habitual, y si somos muy sedentarios hacerlo lentamente, cada paso adelante es un paso muy importante.
        Debemos ponernos ¡En movimiento!



        Si Ud. ingiere mucho alcholol reducir su consumo a uno o dos vasos de vino al día también es muy útil.


        Finalmente a veces es necesario que nuestro médico nos de una pastilla para ayudar a todas las medidas que mencionamos.

        Vea junto con su médico que es lo mejor para Ud., por dónde comenzar...


        Estos conceptos son de índole general converse con su médico, el le dará consejos aplicables a su caso en particular.
          

        Colesterol bueno: cuanto más, mejor

        Dentro de las variables que se chequean en un control periódico de salud se encuentra la medición de los niveles de colesterol. Mientras que durante mucho tiempo nos enteramos de que conviene reducir el colesterol LDL, llamado “malo”, hoy se reconoce que puede ser de mucho beneficio en la prevención del infarto cardíaco subir el colesterol llamado “bueno” o HDL.
        ¿Por qué puede estar bajo el colesterol “bueno”?
        El sobrepeso y el sedentarismo contribuyen, en especial, para quienes tienen predisposición genética. El tabaquismo es un factor importante. Quienes tienden a tener glucemias altas (como los diabéticos), las personas que tienen pancita, gente de edad media o de edad mayor que no realiza actividad física alguna, también, cuentan con mayor predisposición a tener bajo el colesterol “bueno”.

        ¿Qué se puede hacer para subirlo? ¡Mucho! El cuerpo responde fabricando más colesterol “bueno” cuando introducimos determinados estímulos, como hacer actividad física y, en algunos casos, cuando se baja de peso o se deja de fumar.




        ¿Cuánto ejercicio hace falta, por cuantos meses?
        Si una persona no realiza actividad alguna, ya es de por sí muy bueno comenzar, aunque esto todavía no sea suficiente como para que se vea reflejado en una suba del colesterol “bueno”.

        Se necesita cantidad. Hará falta un determinado volumen de ejercicio, no bastará con 15 minutos dos veces por semana. Se necesitará, entonces, al menos una hora de ejercicio aeróbico (bailar, nadar, bicicleta, etc.) la mayor parte de los días de semana. Algún tipo de ejercicio con cargas livianas (pesas, aparatos, bandas elásticas) también pueden ser de beneficio.

        Se necesita tiempo. Miguel, un paciente, nos contaba que había logrado cambiar su rutina y hacer ejercicio, pero se sentía frustrado porque no podía subir sus niveles de colesterol “bueno” luego de tres meses de esfuerzo. Le costó creer que el cuerpo no puede aumentarlo de golpe. Al parecer, “la fábrica” es pequeña, su capacidad de “hacerse rico” pronto es limitada. Pero lentamente, con sus tiempos, se va acumulando el beneficio de estos cambios en el cuerpo.

        Al colesterol bueno hay que darle tiempo, la suba en los valores se notará en los análisis de seis meses a un año.
        ¿Por qué es bueno? Existe un colesterol llamado “bueno” porque es el que saca o puede sacar el colesterol depositado en las arterias y llevarlo al hígado para que después se elimine. Y además tiene otras funciones que son protectoras de las arterias. Entonces cuanto más tengamos, mejor. En las mujeres es ideal que los valores sean mayores a 50/55 y en los varones más de 40/45 miligramos por ciento.
        ¿Qué alimentos colaboran para que suba? ¡Por suerte no hay que hacer siete clases de dietas! Comer una comida protectora basada en vegetales y frutas, utilizando aceites buenos y con menos harinas y azúcares refinados, siempre ayuda a tener un mejor perfil de grasas de la sangre, una mejor silueta y un mejor control de la presión arterial, por lo tanto, un buen estado general de salud.
        Las grasas  buenas monoinsaturadas (omega 3 y omega 9) pueden ayudar a mejorarlo (se encuentran, por ejemplo, en el aceite de oliva, la palta y el maní sin sal). 


        Prevenir -Hacer- MedirDesde Aprender Salud, queremos destacar que el beneficio de lo que hacemos no siempre se expresa en números. En estos tiempos, donde todo es “medible”, las personas hacen cambios,  esfuerzos por estar mejor y producen efectos intangibles que, en ocasiones, no se reflejan en un análisis, en la balanza o en la presión arterial.
        Por ejemplo, se sabe que cuando uno come sano está protegiendo las arterias, al margen de los valores alcanzados. Si bien esto es esperado no dejó de sorprender a la comunidad científica que el llamado “Estudio de los siete países” mostrara que -a igual valores de presión y colesterol- el riesgo cardiovascular puede cambiar muchísimo dependiendo del lugar del mundo en dónde uno vive (y con lo que se alimente).
        De aquí surgió la idea de una dieta protectora, que no siempre expresará sus beneficios en un análisis o en una medición de presión arterial, concepto ampliamente aceptado en el presente.
        Lo mismo sucede con el ejercicio, mas aún en el caso del colesterol HDL, donde el efecto visible, de existir, puede tardar meses en aparecer.

        Nota publicada en la Revista el Hospital Italiano por el Dr. Marcelo Rada, Área Lípidos, Sección Hipertensión Arterial, Servicio de Clínica Médica.                            

        Los verdaderos “ataques” al hígado

        Entrevistamos al Dr. Adrián Gadano, Jefe de la Sección Hepatología del Servicio de Clínica Médica, quien describe el panorama actual de las enfermedades del hígado: los avances logrados y los desafíos que restan en la prevención.


        "El hígado es un órgano muy importante es el gran “distribuidor” de los nutrientes y energías del cuerpo: los procesa, almacena, transforma y reenvía. Todo esto lo realiza de forma muy silenciosa", nos explica el Dr Adrián Gadano.


        ¿Por qué es silencioso?No hace “ruido”, no tiene tanta fama como el corazón o el cerebro pero trabaja las 24hs. sin parar. Incluso fabrica hormonas, se encarga de la coagulación, mantiene los niveles de glucosa en sangre, entre otras funciones. Además es un órgano muy noble, que continúa trabajando “sin quejarse”, puede lesionarse sin mostrar síntomas.
        Cuando la gente dice “tengo un ataque al hígado”, en general, no se trata de eso. Suele tratarse de dolor de cabeza por otras causas (bebidas alcohólicas aún en poca cantidad, alimentos, salsa de soja, chocolate, quesos, etc.), molestias digestivas (gastritis por frituras, dificultad en la digestión de algunos alimentos debido a carnes grasosas, masa cruda, legumbres) y, más raramente, problemas de la vesícula.
        El hígado “sufre” en silencio. Entonces hay que cuidarlo mucho porque, además, cuando se enferma o lesiona, muchas veces lo hace en forma lenta y progresiva. Y cuando aparecen los síntomas es porque ya está muy enfermo, cuando el equilibrio que mantuvo durante años se rompe y desencadena enfermedades importantes. Por eso es fundamental la prevención.
         Muchas veces, la publicidad “ataca” al hígado.

        ¿Por qué se puede enfermar el hígado?
        Hay muchas causas, pero destaco dos cuestiones de importancia. La primera es el descuido por la alimentación, es decir, comer con exceso de grasas y no realizar actividad física, con el consecuente aumento de peso que trae aparejado. Esto, a veces, comienza en la niñez. La segunda es el exceso de alcohol, muchas veces a partir de la adolescencia.
        Ambas favorecen la generación de depósitos de grasa en el hígado, algo que en algunos pacientes va dejando pequeñas cicatrices aunque no presente síntomas (esteatohepatitis o inflamación del hígado, como se la conoce).
        Estas son -hoy- las primeras causas de enfermedades del hígado, que, de no ser controladas a tiempo, pueden derivar -años después- en cirrosis por alimentación y alcohol, a veces sólo por mala alimentación y sedentarismo.
        Este es un tema para trabajar desde la niñez y la adolescencia, la alimentación con más cantidad de frutas y vegetales evitando el exceso de alcohol. Estos son los temas más frecuentes y donde debemos insistir ya que el mercado y los medios ofrecen todo el tiempo estas comidas y bebidas: muchas veces, la publicidad ataca al hígado.

        ¿Qué sucede respecto de las hepatitis virales?Es el otro gran tema. Los virus pueden enfermar al hígado en forma aguda como crónica. Por suerte, la hepatitis “A” tiene una incidencia cada vez menor en la población que nosotros vemos en el Hospital, tanto en chicos como en adultos. Y esto es porque existe una vacuna muy eficaz que ingresó en el Calendario de Vacunación desde 2005. Es una sola dosis y nuestro país fue pionero en el tema, fue muy exitoso el Programa y disminuyeron considerablemente los casos de hepatitis “A” y “A fulminante”, antes una causa de trasplante hepático en chicos. Hoy ya no existen casos, es una excelente noticia.
        ¿Qué desafíos restan en este campo?Resta trabajar en las llamadas hepatitis crónicas, en especial la “B” y la “C”. Estas son también virales y muchas veces el contagio no produce síntomas en el paciente (en otras sí). Ocasionan un gran daño en el hígado sin que el paciente lo note: la cirrosis es la primera causa mundial de trasplante de hígado.
        Entonces, ¿qué herramientas tenemos para prevenir estas enfermedades?
        Para la hepatitis “B” existen vacunas que también entran en el Calendario (tres dosis al primer año de vida y a los adolescentes en la pre adolescencia). Pero muchos adultos que no la recibieron están  expuestos, ya que el contagio principal es por vía sexual. Ellos pueden vacunarse a través del Ministerio de Salud o de forma privada. Hay un grupo, no menor de pacientes -se estima alrededor de un 1% de la población- que adquirieron la hepatitis “B” por vía sexual y no lo saben porque no tienen síntomas.

        ¿Y que sucede con la hepatitis “C”?Así como el contagio de la “B” es por vía sexual, en la hepatitis “C” se produce por contacto con la sangre de una persona infectada, tema que es de gran importancia en instituciones (centros de salud, salones odontológicos, etc.). También quienes hayan estado expuestos por diversas prácticas (uso de jeringas, tatuajes y piercing, etc.). Un porcentaje de personas tampoco saben que están contagiados ni presentan síntomas.
        Las relaciones sexuales seguras protegen también al hígado.
        ¿Cómo se puede diagnosticar cuando no hay síntomas?Para poder detectar pacientes con estos dos tipos de hepatitis (“B” y la “C”) hay que abogar por la realización del test por parte del médico al menos una vez en la vida a toda la población adulta.  Porque quizás un contacto sexual o nosocomial años atrás puede haber provocado el contagio y no saberlo, con el riesgo de contagiar a otros. El test es económico, fácilmente accesible y se encuentra disponible en todas las instituciones públicas y privadas del país. Por eso insistimos, hoy, en que los propios pacientes lleven el tema a la consulta.
        Esto lo decimos ahora porque el paciente que se identifica “corta” la cadena de contagio. Y porque, actualmente, los tratamientos han evolucionado y se pueden curar la gran mayoría de los pacientes. Cuanto antes se lo diagnostique, mayor es la probabilidad de una cura sin secuelas. El Hospital, anualmente, realiza una campaña de concientización y detección de pacientes con hepatitis.

        Cuando se habla de relaciones sexuales, de prevenir contagios se suele relacionar con el VIH, ¿también, entonces, hay que incorporar el tema de la hepatitis?El HIV caló muy hondo y tuvo un gran impacto en la población por tratarse de una enfermedad que, en esa época, era mortal en el corto plazo. La población tomó rápidos recaudos, se buscó el modo de detectar pacientes de riesgo, se protegió la anonimidad y se lograron muchos avances.
        Con la hepatitis no ocurrió todavía eso porque se trata de una enfermedad lenta y silenciosa, no tiene el mismo impacto social. Por suerte el VIH pasó a ser una enfermedad controlable, hoy los pacientes tienen excelente medicación.
        Sin embargo, nosotros estamos volviendo a detectar casos de hepatitis “B” porque la gente, en especial los adultos, no se cuida tanto como en ese momento, se perdió un poco el cuidado extremo de hace 10 años atrás.  Necesitamos que la gente conserve esa recomendación de ser muy cuidadoso en sus prácticas sexuales para protegerlos, no sólo del VIH, sino también de la hepatitis “B”.

        Hipertensión: corazón y cerebro, amenazados

        En el país hay más de 7 millones de hipertensos, pero más de la mitad lo desconoce. La enfermedad afecta a las arterias de todo el cuerpo y mulitplica el riesgo de infarto de miocardio y de ataque cerebrovascular: de hecho, 9 de cada 10 argentinos que sufrieron un ACV tenían presión alta persistente. Además, compromete la salud renal y la visión. Es importante diagnosticarla y tratarla antes de que los daños que genera atenten contra la vida.

        Por repetida, desconocida. Desatendida, subestimada, riesgosa. En Argentina, la hipertensión arterial afecta a alrededor de un tercio de los adultos y, aunque multiplica el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) y de infarto de miocardio, más de la mita
        d de los enfermos desconoce que sufre el problema y sólo uno de cada cuatro, lo trata.
        El incremento de personas hipertensas preocupa en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad se cobra más de 7 millones de vidas anuales en todo el mundo y afecta a personas cada vez más jóvenes. En nuestro país, según datos de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), está presente en más de 1 de cada 10 adultos jóvenes (de hasta 45 años) y su prevalencia trepa al 50% en los mayores de 65 años. "Hasta los 50 años es hasta cuatro veces más frecuente en los varones, pero las estadísticas se igualan en ambos sexos cuando la mujer termina su edad fértil", explica a Entremujeres el doctor Jorge Lerman, presidente de la FCA.
        "La mujer se preocupa habitualmente por realizar la consulta al ginecólogo, por su temor al cáncer ginecológico. Sin embargo, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la mujer", advierte la doctora Judith M. Zilberman, del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). El riesgo se incrementa notablemente a partir de la postmenopausia.
        Preocuparse y ocuparse de esta afección que, por habitual, se subestima, es crucial. La hipertensión no suele presentar síntomas hasta que el daño en las arterias y otros órganos pone la salud (y la vida) del paciente en zona de riesgo. Por eso, los expertos subrayan que el monitoreo de la presión arterial a través de chequeos clínicos periódicos es clave, ya que el control de la enfermedad desmorona un 40% el riesgo de accidentes cardiovasculares y reduce un 20% la probabilidad de un infarto, según estadísticas del ICBA.
        Vale el alerta. Las huellas que la hipertensión imprime en el cuerpo son graves. Puede enfermar las arterias del cerebro; puede obstruir las arterias coronarias, causando ataque al corazón o infarto de miocardio; puede derivar en una insuficiencia cardiaca (a partir del agrandamiento del corazón); puede afectar las arterias del fondo de ojo, perturbando seriamente la visión; puede deteriorar el funcionamiento de los riñones hasta producir insuficiencia renal; puede ocluir las arterias de los miembros inferiores con dolores que dificulten la marcha... El doctor Lerman enumera todos estos riesgos y subraya: "Es importante comprender que cualquiera de estas situaciones puede desencadenar la muerte".

        Hipertensión y cerebro
        Por falta de campañas de educación para la salud, la sociedad no suele dimensionar los alcances y riesgos de la hipertensión. Desconoce, por ejemplo, que la relación entre presión alta y ACV es, por lo menos, estrecha: "La presión alta es el factor de riesgo más frecuente para dos de las más devastadoras epidemias neurológicas de nuestro siglo: el ACV y la demencia", dice a Entremujeres el doctor Luciano Sposato, director del Departamento de Neurología del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y director del Centro de Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y sorprende con un dato: "9 de cada 10 argentinos que han sufrido un ACV son hipertensos. El problema es que más del 70% de estos pacientes no sabían que lo eran o no tenía un tratamiento adecuado", dice.
        En general, explica Sposato, "la gente le teme al pico de presión porque piensa que puede causarle un ACV. Sin embargo, el verdadero efecto negativo de la hipertensión se produce cuando la presión arterial está elevada en forma crónica. Es decir, el daño que produce la hipertensión sobre el cerebro y de otros órganos ocurre porque el chorro de sangre que corre por las arterias impulsado desde el corazón orada o desgasta las paredes arteriales, haciéndolas más susceptibles a romperse o a formar ateromas (placas de colesterol y otros constituyentes de la sangre). Si la arteria cerebral se rompe, se produce un ACV hemorrágico o hemorragia cerebral; si se tapa por un ateroma, se produce un ACV isquémico o infarto cerebral", precisa el especialista.
        La hipertensión también puede aumentar el riesgo de sufrir un ACV, indirectamente, a través de otro mecanismo. "Al mantenerse elevada en forma crónica puede predisponer al corazón a desarrollar una arritmia cardíaca llamada fibrilación auricular. La misma suele producir coágulos en las cavidades del corazón que viajan por las arterias cerebrales hasta que en algún momento, al no poder seguir avanzando, las tapan y producen un ACV isquémico", explica Sposato.
        Otro riesgo "cerebral" derivado de la hipertensión es la demencia. "La demencia es la alteración de las funciones intelectuales, aquellas que nos permiten memorizar, razonar, resolver problemas, programar actividades complejas, interpretar metáforas, ironías o sarcasmos, etc. Sabemos desde hace muchos años que la hipertensión y otros factores de riesgo como la diabetes y el cigarrillo aumentan el riesgo de demencia vascular. Lo que aprendimos más recientemente es que la hipertensión también produce otro tipo de demencia, que es la Enfermedad de Alzheimer", apunta el doctor Sposato.

        Los órganos "blanco"
        La hipertensión atenta contra el músculo cardíaco, porque demanda al corazón un esfuerzo extra para dsitribuir la sangre por el organismo. Ese esfuerzo continuado puede producir un agrandamiento del corazón generando insuficiencia cardíaca. Además, la presión alta aumenta considerablemente el riesgo de infarto de miocardio y multiplica hasta tres veces la posibilidad de tener un angina de pecho.
        Además del cerebro y el corazón, la hipertensión es un factor de riesgo de la enfermedad renal crónica (ERC). Al haber una mayor presión en los vasos sanguíneos que recorren todo el cuerpo, los riñones no pueden realizar correctamente la tarea de filtrar la sangre y se ven afectados.
        Este punto tiene que ver con algo tan repetido como poco aclarado: el consumo excesivo de sal. Los riñones están diseñados para equilibrar la ingesta de sal que hacemos a través de los alimentos de acuerdo a las necesidades que tenemos. Cuando hay exceso de sodio en sangre, se produce retención de líquidos y este aumento de volumen eleva la presión.
        También la visión se ve afectada por la hipertensión crónica, porque genera roturas en las arterias del ojo (retinopatía hipertensiva) y hasta puede terminar en ceguera.

        La huella de los malos hábitos
        Rastrear las causas de la hipertensión no es fácil. Sólo el 5% de los casos tiene un factor que la dispara, que puede ser: estrechez en las arterias renales o enfermedad propia de los riñones, afección en las glándulas suprarrenales o en tiroides, o una anomalía congénita de la arteria aorta. "El 95% restante padece 'hipertensión primaria o esencial', es decir, sin causa conocida. Los médicos no conocemos la causa de la enfermedad pero sí sabemos diagnosticarla, estudiarla y tratarla con éxito, evitando sus graves consecuencias", explica el doctor Lerman.
        Ahora bien: aunque no se puedan detectar las causas en el 95% de los casos, sí se pueden identificar factores de riesgo, situaciones que pueden favorecer fuertemente su aparición: "la predisposición genética, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo, el estrés emocional y el exceso en el consumo de sal –enumera Lerman-. Salvo la predisposición genética, los demás factores son prevenibles y erradicables. Toda la población, y particularmente los pacientes hipertensos, deben evitarlos. Esta es la forma más efectiva y barata de luchar contra la hipertensión arterial".
        Sin duda, los malos hábitos han aumentado la prevalencia de la enfermedad a lo largo de las décadas. "La hipertensión no existe en el reino animal: sólo se detecta en el hombre y, además, era muy rara en los pueblos de la Antigüedad. La incorporación de un excedente de sal en la alimentación, ya sea en la conservación de los alimentos, durante la preparación en la cocina o el agregado en la mesa ha sido un factor importantísimo en el incremento de su mayor prevalencia en las últimas décadas. Además, nuestras comunidades fuman, son más sedentarias, más obesas y más sometidas al estrés emocional, todos factores de riesgo muy importantes", señala Lerman.
        El estrés emocional crónico eleva la presión porque altera los mecanismos que la regulan, confirma a Entremujeres el doctor José Bonet, médico psiquiatra del Centro de Vida de la Fundación Favaloro. "Uno observa que las personas con hipertensión tienden a responder de manera exagerada frente a estímulos cotidianos considerados estresantes por el sujeto. Se los considera híper-reactores porque generan, entre otras cosas, un exceso de cortisol y de actividad nerviosa simpática. Si esto ocurre seguido, si se vuelve crónico, se producen lesiones en el corazón y en la pared de las arterias y se alteran los mecanismos que normalmente regulan la presión arterial", explica. Según el especialista, las emociones que tienen mayor impacto en la hipertensión en particular y en la salud cardiovascular en general son la ira y la hostilidad.

        Preocuparse para ocuparse
        El énfasis en los riesgos y complicaciones de la hipertensión se justifica en la importancia de tomar conciencia, consultar al médico y adherir a un tratamiento que permita controlarla. Es fundamental evaluar la presión desde la juventud e incluso desde la infancia cuando hay factores que lo ameriten: al ser una enfermedad con una importante base genética, los hijos de pacientes hipertensos deben ser controlados anualmente a partir de los 3 años, ya que tienen un riesgo aumentado respecto a los hijos de padres con presión normal. "La hipertensión en jóvenes suele ser más agresiva y tiene más tiempo para agredir a los órganos blanco: el cerebro, el corazón, la vista y los riñones", explica el doctor Lerman. La detección precoz es clave.
        "En la actualidad existen estudios no invasivos que permiten identificar precozmente alteraciones de estos vasos sanguíneos, como el eco Doppler, el eco "tracking", la medición de la distensibilidad arterial", subrayan en la Fundación Favaloro.
        El primer profesional que debe ser consultado es el médico de familia, el clínico de cabecera, que debe detectar el problema y avanzar en los análisis y en el diagnóstico para definir las estrategias preventivas y curativas. En la mayoría de los casos es necesario prescribir medicación y el seguimiento debe ser estrecho y prolijo para comprobar los resultados o la aparición de efectos colaterales. La medicación actual es segura y efectiva si el paciente sigue estrictamente las indicaciones profesionales: no debe automedicarse ni saltear dosis ni suspender tratamientos sin indicación médica. El rol del cardiólogo es fundamental en los casos más difíciles, rebeldes al tratamiento, con mayor riesgo o con complicaciones cardiovasculares.
        Controlar la presión arterial una vez instalada la hipertensión es un proceso que lleva tiempo y exige compromiso por parte del paciente. "Según datos del Consejo Argentino de Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina de Cardiología, sólo el 17% de los hipertensos logra un buen control de la presión arterial. Sin embargo, en el ICBA comprobamos que si el paciente recibe una educación adecuada, sigue una dieta y un plan de ejercicio y toma la medicación regularmente, más del 50% logra controlarla adecuadamente", asegura el doctor Alberto Villamil, Jefe de Hipertensión Arterial del ICBA.
        El doctor Sposato coincide en el valor del tratamiento y control de la enfermedad. "Varios estudios científicos han demostrado que el control estricto de la presión mediante la dieta, el ejercicio aeróbico y el uso de medicación (cuando es necesaria) disminuyen el riesgo de ACV y de demencia. El secreto del éxito es ser muy prolijos en el control de la presión, no abandonar la medicación y consultar al médico de cabecera con frecuencia", dice.
        En el caso de las mujeres, la doctora Judith M. Zilberman, del ICBA, destaca que es importante controlarse la presión "porque sólo una de cada 3 mujeres tiene los síntomas típicos de dolor de pecho que tiene el hombre. Un tercio de las mujeres presentan síntomas 'atípicos' como cansancio, falta de aire, palpitaciones y dolor de abdomen. Si bien estos síntomas no son exclusivos de la enfermedad coronaria, en su presencia se aconseja consultar al médico clínico y al cardiólogo", explica.
        En lo que hace a la medicación, Zilberman advierte que "en mujeres fértiles con posibilidad de embarazo está contraindicado el uso de algunas drogas (inhibidores de la enzima de conversión y bloqueantes de los receptores) durante la edad gestacional por tener efectos teratogénicos". La hipertensión arterial debe ser controlada especialmente durante el embarazo, porque puede generar riesgos para la madre y para el bebé.
        De todos modos, el primer paso (y el más importante) para controlar los valores de la presión arterial es eliminar los factores de riesgo erradicables:
        1) No fumar y tratar de no permanecer en ambientes con humo de tabaco.
        2) Mantenerse en el peso ideal.
        3) Consumir muy poca sal: se recomiendan no más de 5 gramos por día. Para ello, evitar los alimentos envasados o conservados, emplear mínimamente la sal común al cocinar y consumir sal libre de sodio en la mesa. Utilizar cualquier otro tipo de condimentos naturales.
        4) Practicar sesiones de 30 a 45 minutos, no menos de 4 veces por semana, de una actividad física aeróbica.
        Este último punto es clave, porque muchas personas hipertensas sienten temor a la hora de hacer ejercicio o practicar algún deporte. Consultado por Entremujeres, el doctor Oscar Mendoza, cardiólogo y deportólogo del ICBA, tranquiliza: "el ejercicio físico beneficia a los pacientes con hipertensión, ya que ayuda a bajar la presión arterial. Es una herramienta terapéutica no-farmacológica recomendable para el paciente hipertenso". El especialista explica que sólo existen contraindicaciones para "aquellos pacientes en que el tratamiento que se esté llevando a cabo no logre mantener controladas las cifras de presión arterial".
        Mendoza recomienda "no llevar a cabo ejercicios con sobrecarga (complemento o pesas), ya que los mismo incrementan las cifras de la presión en comparación con los ejercicios aeróbicos", y sugiere "las caminatas, el trote, la bicicleta, la natación y los deportes grupales en los que se pueda controlar correctamente la intensidad que desarrolla el mismo".
        En lo que hace a las emociones, también podemos operar, tomar cartas en el asunto. "Lo más importante -y a veces lo más difícil- es que la persona iracunda, gruñona, tome conciencia de su situación. Si cree que la culpa siempre es de los demás, no ayuda –explica el doctor Bonet--. En el caso de las personas iracundas, el tratamiento se basa en tres pilares fundamentales: la psicoterapia, para tratar de modificar los pensamientos automáticos que genera la ira (puede hacerse en forma individual o en programas de control de la ira, que son grupales y de tiempo limitado, como el que funciona en el Centro de Vida de la FF); las terapias físicas, para intentar recuperar la capacidad corporal de relajación; y, por último, en los casos más graves, medicación".
        Como dice la doctora Carol Kotliar, directora del Centro de Hipertensión del Hospital Universitario Austral (HUA) y creadora, junto con el doctor Sergio Volman y la licenciada en nutrición María Emilia Mazzei, del manual Manejo saludable de la hipertensión arterial, "cada individuo nace con una identidad genética que le otorga cierta protección o fortalezas, y ciertas debilidades o vulnerabilidades, en cuanto a salud y enfermedad. Es sobre el terreno vulnerable donde debemos trabajar para mejorar el estilo de vida y nuestros hábitos son las llaves que permiten o evitan que la enfermedad cardiovascular se manifieste".

        CLAVES: el ABC de la hipertensión
        * Para comprender el problema de la hipertensión, es clave entender primero qué es la presión sanguínea y por qué se eleva. El profesor Jorge Lerman, presidente de la FCA, explica: "El aparato circulatorio está integrado por una bomba central (el corazón) y un sistema de conductos (vasos sanguíneos: arterias y venas). La función del corazón es contraerse (sístole) y relajarse (diástole) de manera rítmica y permanente, con el objeto de hacer circular la sangre a través los vasos sanguíneos y distribuirla por todos los aparatos y órganos del cuerpo y así nutrir y oxigenar los tejidos y las células. La fuerza de las contracciones sistólicas es lo que genera la presión de la sangre dentro de los vasos sanguíneos: es lo que llamamos presión arterial".
        * La presión arterial se mide en milímetros de mercurio y en general se determinan dos valores: la máxima o sistólica (se produce en el momento de la sístole o fase de contracción del corazón) y la mínima o diastólica (se produce en la diástole o fase de relajación del corazón).
        * Se considera que la presión arterial normal debe ser menor de 140 para la máxima y de 90 para la mínima. Controles superiores a esas cifras se consideran hipertensión arterial, siempre y cuando la situación sea persistente.
        * La presión arterial cambia cada vez que el corazón late. Puesto que el corazón late en promedio 100.000 veces por día, todos las personas tienen 100.000 presiones distintas cada día. Por ello, es importante que cuando se toma la presión se realicen al menos 3 mediciones para calcular el promedio que es un dato más confiable.
        * Definir que alguien es hipertenso requiere de un diagnóstico preciso, en manos de especialistas. Un pico de presión o algunos eventos esporádicos no suponen, necesariamente, una confirmación de la enfermedad. La presión arterial es una variable dinámica que puede cambiar según diversas situaciones fisiológicas. Durante el sueño, por ejemplo, la presión baja, y durante la actividad física, la actividad sexual o ante una crisis emocional, la presión máxima aumenta. Durante las primeras horas de la mañana, inmediatamente luego de despertar, se suelen detectar valores altos de presión.
        * La hipertensión daña las arterias de todo el organismo, pero afecta especialmente el cerebro, el corazón, el riñón y la retina. Por ello sus efectos a largo plazo son el ACV, el infarto, la insuficiencia cardíaca, la insuficiencia renal y la pérdida de visión. También produce obstrucción en la circulación de las piernas e impotencia sexual en los varones.
        La hipertensión es particularmente perjudicial en quienes tienen otros factores de riesgo como diabetes, colesterol alto, obesidad o tabaquismo. En ellos, la posibilidad de un evento cardiovascular se multiplica hasta 4 veces.
        * Las mujeres, luego de la menopausia, tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión y sufrir complicaciones.El buen control de la presión arterial reduce en promedio un 40% los eventos cerebrovasculares y en un 20% los eventos coronarios.

        Más información:
        * Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial
        * Fundación Favaloro
        * INECO
        * Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA)
        * Fundación Cardiológica Argentina (FCA)
        * Hospital Italiano

        Nota publicada en el Diario Clarin